En 2011 el sector financiero anunciaba 200.000 despidos en el mundo, mientras tanto, los bancos que transparentan sus inversiones y priorizan el impacto social positivo de sus proyectos crecieron.
El Triodos Bank, fundado en Holanda hace 32 años, con casas en cinco países de Europa, en 2011, creció 24% en número de clientes. Fiare, el socio español de la Banca Popolare Etica, italiana, creció a un ritmo del 20% anual desde la creación en 2000. Y el GLS Bank, de Berlín, en los últimos tres años multiplicó por dos el número de empleados.
Este auge de la ética se atribuye al desengaño del público con la banca tradicional. En España, los bancos perdieron lugar ante la opinión pública por inflar el valor de los inmuebles para prestar por encima de los máximos permitidos. En el Reino Unido, Barclays confesó bajo presión que manipuló la tasa de referencia Libor en su beneficio y el de algunos bancos amigos. En EE.UU. los bancos son recordados por su rol en la crisis subprime, cuando ganaron fortunas con las comisiones de hipotecas con riesgos que siempre pasaban a otras manos y pagó el público.
El crecimiento de este modelo alternativo tiene algunos rasgos en común. Aunque la ética sea distinta para cada banco, en esta propuesta se mantienen políticas similares: no se prestaría a un fabricante de armas, ni a una empresa que emplee niños entre sus trabajadores, por muy rentables que sean.
Otro factor común de estos bancos es la transparencia. Al publicar el detalle de sus inversiones, la banca ética informa a sus clientes qué tipo de proyectos van a apoyar con sus ahorros y siendo el banco una cooperativa, habitual en muchos de ellos, los clientes también pueden ejercer su poder político para cambiar las inversiones que no consideren éticas.
The Co-operative Bank, en el Reino Unido, es decano en los dos campos. Hace 140 años se fundó como cooperativa y hace 20 decidió hacer públicos sus diez mandamientos en políticas éticas. Hoy es el sexto banco del país. Barry Clavin, su responsable de sostenibilidad, más que definir lo ético, enuncia las dos claves de su éxito, son los clientes, porque “son ellos y no los directivos los que deciden qué proyectos apoyar”, y la competitividad, “buen producto, un servicio de calidad y una buena red de agencias. No basta con la ética”.
También pesa la política de recursos humanos. En Triodos el sueldo más alto es apenas 9,8 veces superior al más bajo. Muy diferente a los 17,7 millones de libras esterlinas que en 2011 se llevó a casa Bob Diamond, CEO de Barclays hasta su reciente dimisión por el escándalo Libor.
La ética afecta también a los depósitos que toman y lo que hacen con ellos. En Fiare, declara su gerente Peru Sasia, tienen una estricta política contra “cualquier dinero que venga de paraísos financieros” y los préstamos van a “proyectos de cooperación internacional, a emprendimientos de agroecología, a organismos dedicados a la transformación en valores, y a empresas que ayudan a personas en riesgo”.
El movimiento también está en América Latina, con el peruano Mibanco como uno de los principales jugadores. Según Luis Felipe Derteano, presidente de Grupo ACP (dueño de Mibanco) y uno de los fundadores de la asociación Global Alliance for Banking on Values, los principios son iguales a los de la banca ética europea, con algunas diferencias: “En Asia y América Latina damos más microcréditos; y en Europa los préstamos están más ligados a temas culturales, ambientales y sociales”.
En cuanto al futuro de la ética bancaria, hay quienes consideran imposible vencer a la banca que con menos escrúpulos consiga mejores precios en tanto que otros apuestan a que los clientes cederán algo de rentabilidad a cambio de que se haga un buen uso de su dinero.
Clavin, de The Co-operative concluye
- Los bancos tradicionales necesitan reconstruir la confianza del consumidor y ya se dieron cuenta de que hace falta más transparencia. Van a tener que cambiar.
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