Asi aseguró Alejandro Castro Santander, experto en educación de la Universidad Católica. Llamó la atención sobre la burla y la calumnia, formas menos visibles de violencia.
Como psicopedagogo institucional que investiga las agresiones en el aula desde hace 30 años, sostuvo que la escuela debe prestar mayor atención a lo que llama violencia silenciosa y no sólo a los casos resonantes de bullying.
- En la pubertad y adolescencia comienzan a denunciarse fenómenos menos ruidosos y visibles pero que se convierten en el inicio de formas más peligrosas de violencia, y agregó que estas persecuciones se inician muchas veces desde la niñez. Detalló incidentes como esconder objetos personales, burlarse del aspecto del compañero, murmuraren su contra, calumniar, aislarle o impedir que participe.
- Son formas de acoso esporádicas o persistentes que causan un daño moral y psicológico al niño, señaló el psicopedagogo, al portal El Litoral.
- Todos estos formatos que se reiteran en las denuncias de los chicos son los que, por pasar desapercibidos en la mirada de docentes que no están preparados para poder reconocer sus indicadores, van creciendo y después se confabulan para terminar en otras formas de violencia más visibles, agregó Castro Santander.
En este marco, sostuvo que el rol de liderazgo del director escolar es fundamental a la hora de encarar el problema,
- De otro modo no se puede entender cómo dos escuelas insertas en el mismo contexto, con alumnos parejos y que incluso comparten los mismos docentes, sean tan diferentes, mientras una es de excelencia, la otra tiene muchísimos problemas.
Y llamó a trabajar con lazos muy fuertes con la familia, que ocupa un lugar basal en la educación de los menores.
- No es solamente un tema de la escuela, sin políticas públicas claras, es imposible de eliminar. Toda la sociedad tiene un problema: hay que pensar por qué no estamos haciendo las cosas bien, finalizó el especialista.
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