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miércoles, 4 de marzo de 2015

Acamica, nuevo proyecto web de Tomás Escobar

de
http://www.diariodecuyo.com.ar/

EDUCACIÓN / EL SANJUANINO QUE APUESTA A LA TECNOLOGÍA
Tomás Escobar, el revolucionario de la web
Luego de crear el polémico Cuevana (un sitio para ver online películas y series de TV que tuvo millones de usuarios) ahora trabaja en Acamica, una plataforma educativa para la formación de habilidades tecnológicas, que ya causa tanto furor como su primera iniciativa. Esta semana vuelve a la provincia para compartir su experiencia emprendedora.
Paulina Rotman




Como les pasa a muchos sanjuaninos, Tomás Escobar terminó la secundaria y armó su mochila para instalarse en Córdoba, la ciudad que le prometía ese estudio universitario que no le ofrecía la provincia. Quería estudiar Ingeniería en Computación, un rubro que había comenzando a investigar desde pequeño. Sin embargo, la carrera en cuestión no lo cautivó como pensaba y abandonó a los pocos semestres. Su argumento era lógico: tenía más resultados en sus horas y horas de navegación por Internet que en las propuestas académicas. Así fue que logró Cuevana, un sitio de Internet amado por los miles de usuarios que alguna o muchas veces accedieron a él para ver online películas o series de televisión. Pero a la vez defenestrado por otros tantos que inclusive lo llevaron a diferentes instancias judiciales. De todos modos esta primera y exitosa experiencia virtual fue lo que animó a Tomás, a sus 25 años (casi 26), a seguir "buceando" en la red. Ahora creó junto a otros colegas otro emprendimiento tan revolucionario como Cuevana. Se trata de Acamica, una plataforma educativa que brinda cursos online para fanáticos de la informática, rompiendo el método de enseñanza tradicional. Este espacio virtual no sólo tiene seguidores cautivos sino que ya cosechó sus primeros premios.



-¿Cómo fue tu experiencia como estudiante?

Empecé con muchas expectativas. Quería seguir desarrollando las habilidades técnicas que había comenzado a adquirir por mi cuenta desde los 14 años, a través de Internet. Lamentablemente a los pocos semestres empecé a perder motivación. Soy un apasionado por crear y desarrollar, buscando aprender todo el tiempo, pero me vi volcándome cada vez más y más a Internet para continuar mi aprendizaje, ya que era allí donde encontraba respuestas rápidas a mis inquietudes.

Mi objetivo nunca fue buscar un título universitario, sino buscar conocimientos y herramientas que pudiera aplicar a nuevas cosas que me apasionan. Para mí lo fundamental es el aprendizaje pero claro que un título no garantiza aprendizaje. En nuestra sociedad está tan instalado el tema de necesitar un título para "ser alguien", que hoy en día muchos no buscan aprender, sino sólo pasar exámenes que permitan obtener tal título.

La universidad puede ser una gran herramienta para muchos, aunque en mi caso preferí seguir otro camino para desarrollarme y crecer.



-¿Abandonar la carrera fue el puntapié inicial de Cuevana?

-Decidí dejar mis estudios cuando Cuevana ya llevaba 2 años y varios millones de usuarios. El mundo de la tecnología se mueve a un ritmo mucho más acelerado que otros ámbitos, por lo que tomé la decisión de seguir aprendiendo de Internet, para poder mantenerme relevante y continuar innovando.

Creo que definitivamente Cuevana fue un gran aprendizaje que me permitió expandir mis conocimientos, pero también superar desafíos muy interesantes que eventualmente me formaron y me hicieron crecer mucho en muy poco tiempo. Fue un despertar. Me abrió los ojos a un mundo de oportunidades.

Cuevana nació como un hobby, un experimento para seguir puliendo mis habilidades técnicas en un área que me interesaba en el momento pero terminó explotando en mis manos, superando cualquier tipo de expectativas. Hoy en día ya no sigo involucrado activamente en el proyecto. Actualmente es de código abierto, donde toda la comunidad puede colaborar con su desarrollo.



-¿Cómo surge y qué es Acamica?

Cuando dejé atrás Cuevana, pasé a mi siguiente proyecto: Acamica, esta vez pensado como un emprendimiento y no ya como hobby. Cuevana fue una gran motivación para seguir creando. Tenía muchas ganas de, por mi experiencia personal, hacer algo relacionado a la educación y al aprendizaje de tecnología, que cada día tiene más demanda en el mundo.

Formamos un muy buen equipo (somos 4 socios fundadores) y ese fue el puntapié inicial. No fue inmediato, debimos pulir ideas y conceptos durante un par de meses, pero estábamos todos alineados hacia dónde queríamos ir. Hoy ya llevamos 2 años dedicados full-time a Acamica que es una plataforma de aprendizaje en línea para formar en las habilidades de tecnología más demandas del mundo. Nuestra premisa es que en 6 meses, con la dedicación adecuada, te ayudamos a convertirte en diseñador o desarrollador web (próximamente mobile) e insertarte en el mercado laboral.

No vemos a la educación como un producto, algo que comprás y completás una vez, sino como un servicio a lo largo de toda la vida. Por eso tenemos un modelo freemium, donde podes empezar gratis y, si necesitas acelerar tu aprendizaje, podes suscribirte por sólo $100 por mes.

Actualmente tenemos casi 90.000 usuarios. Hay muchos usuarios de San Juan, lo cual nos pone muy contentos porque demuestra que hay mucha gente en la provincia que entiende que la tecnología es el futuro (y el presente) y quiere involucrarse, ser parte de esta gran comunidad que crece día a día.



-¿Acamica es una crítica al sistema educativo pero también un aporte?

No lo vemos como una crítica, sino un complemento. Nuestra propuesta es para sumar, no para criticar.

Como startup, buscamos aprovechar nuestras ventajas en comparación a entes más grandes y complejos como universidades para brindar nuestro aporte a la educación. Eso nos permite innovar rápido, con una dinámica que la universidad no puede alcanzar por su naturaleza. Por eso es que nos amoldamos tan bien en el ámbito tecnológico, que necesita de este cambio y actualización constante, y es por eso mismo que casi 100.000 usuarios confían en nosotros a la hora de aprender tecnología.



-Entonces, ¿qué debería modificarse en el sistema educativo formal para que tenga éxito con sus "usuarios", en este caso los estudiantes?

Algo que aprendimos del aprendizaje online es valorar que el usuario vuelva y permanezca aprendiendo, habiendo tantas distracciones como Facebook, WhatsApp, juegos y demás. Eso es lo más difícil y valioso, en Internet se lo define como "engagement": cuán involucrado y atrapado está el usuario con el servicio o producto.

Por eso es fundamental mantener motivado al estudiante. Todos sabemos lo mucho que cuesta ver la ganancia de algo a largo plazo, por eso descubrimos que es clave acortar los tiempos de retorno de la "inversión del usuario", en este caso su tiempo y dedicación.

Así, buscamos que el usuario aprenda haciendo, y realmente pueda aplicar lo que va aprendiendo sobre la marcha, de manera escalonada, y que no tenga que esperar años para ver ese resultado de su progreso. Que tenga la sensación de logro constante. Para nosotros ésa es la motivación que nos empuja a ir más allá, a continuar y finalizar metas.

En mi humilde opinión, si el sistema educativo tradicional puede mejorar eso, considero que podría bajar sus índices de deserción, y al mismo tiempo lograr que más estudiantes dejaran de intentar sólo aprobar exámenes, sino involucrarse activamente en mejorar y perfeccionarse día a día.



-¿Hasta dónde llega o sueña llegar Acamica?

Tenemos mucho trabajo por hacer en Acamica por los próximos años. Es que trabajar en mejorar nuestra educación es algo que nos tomamos muy en serio y sabemos que es una meta a largo plazo. Buscamos brindar nuevas oportunidades laborales y potenciar a los jóvenes en todo el mundo, basándonos en la tecnología, su escalabilidad y bajos costos.

En ese sentido, me gustaría poder ayudar a que San Juan empiece a ofrecer cada vez más oportunidades y herramientas para que los emprendedores se animen a apostar por emprender en tecnología, entendiendo que el mercado no es local, sino global. La tecnología no tiene límites geográficos, hay que animarse a mirar más allá. Realmente podemos crear un ecosistema que genere un impacto altamente positivo en la economía, con mucho trabajo local y exportación de alto valor agregado al mundo. Esa aspiración de posicionar a San Juan como referente tecnológico en el mundo es algo que por momentos me desvela. Sería una buena razón para volver.

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