Está provocando revuelo en los medios una noticia sobre el interés del público en las pruebas de inteligencia. Sobre esta repercusion se han despertado distintas resonancias.
Alicia Petti, del panel de Primera mañana preguntó al especialista si se podia medir la inteligencia de quien escribió una sinfonía o pintó un cuadro. Siendo actividades que surgen de sensibilidad aunada a motivación era sumamente apropiado su interés sagaz para destacar esa vertiente de la inteligencia, que anda por otros carriles distintos a la mensura cruda y a las relaciones pautadas. El entrevistado sorteó la cuestión, no es posible tal medida.
Digamos que inteligencia han tenido, tanta como para desarrollar su creación. Yo me pregunto
- ¿Cuánta gente ha tenido condiciones intelectuales y no ha plasmado una obra?
Fiodor Dostoievsky tuvo una vida difícil. Pobre y enfermo, vivió en una época en que el oficio de escritor retribuia poco. Y escribió obras memorables. Hace decadas que sus libros se leen en todo el mundo. Stefan Zweig lo llamó
- el mejor conocedor del alma humana de todos los tiempos.
Hasta aquí, sabemos que no basta inteligencia, sensibilidad, motivación, ni es necesaria una vida cómoda para ser creativo. Necesitaremos más respuestas, pero, ¿Quién no las precisa? .
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