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sábado, 29 de octubre de 2011

Resultados de un estudio de Psicología del Tránsito realizado en Argentina




Investigadores del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata realizaron un estudio de Psicología del Tránsito sobre los estilos de manejo y su relación con factores socio-demográficos y de personalidad. Algunos de los resultados confirman que los hombres son más propensos a la ira y al riesgo, mientras que las mujeres son más ansiosas y distraídas.

Estudiar el comportamiento y las características de los conductores no es tema menor, en tanto es la principal causa en el 90% de los accidentes, seguida por el estado del vehículo y la infraestructura vial.
El desempeño de un conductor implica, además de sus habilidades para controlar el vehículo, su estilo de conducción, factores ambos que puede desencadenar que personas con un gran dominio del automóvil se tornen peligrosas por los riesgos que toman al ir a alta velocidad.
Según el estudio conducido por Fernando M. Poó, psicólogo y actual becario postdoctoral de Conicet, y miembro del grupo de investigación Métodos y Modelos de Investigación en Psicología del Tránsito, hay conductores que buscan el riesgo detrás del volante, aquellos que son agresivos u hostiles en el tránsito, los que se distraen –estados de disociación e inatención, los que son ansiosos y sienten disgusto por la conducción, o los prudentes y cordiales

En el estudio sobre la ciudad de Mar del Plata, con un turismo constante y superpoblación vehicular, se observó que los estilos se asocian de distinta manera con el historial previo de choques, con el género, la edad y la personalidad de los conductores.

En términos generales, se vio que los hombres son más propensos a involucrarse en comportamientos de riesgo y a experimentar ira durante la conducción, mientras que las mujeres experimentan más a menudo sentimientos de ansiedad y disgusto por la conducción, son más propensas a distraerse y a cometer errores debido a esas distracción. Pero las mujeres, como grupo, son más prudentes y cordiales que los hombres. En cuanto a la edad, se observó que mientras más joven era un conductor mayor era la posibilidad de que maneje de forma agresiva, y menor que lo haga de forma prudente y cordial.

Con respecto al historial previo de choques, se observaron diferencias según los estilos. Los choques con consecuencias más graves estuvieron asociados a los estilos riesgoso y agresivo. Los conductores riesgosos informaron haber participado en un mayor número de siniestros con daños materiales y lesiones durante los dos últimos años. Para el mismo período de tiempo los conductores agresivos informaron participar en choques con daños materiales.

A su vez, los conductores disociativos e inatentos informaron haber participado en choques con daños materiales menores. Por último, los conductores prudentes informaron una menor participación en siniestros viales comparados con los demás estilos.

Según las conclusiones de Poó, los rasgos de personalidad, como características individuales relativamente estables, actúan como variables disposicionales para los distintos estilos de conducción, que influirán luego en la posibilidad de participar en incidentes viales. Los resultados indican que no es adecuado considerar a los conductores como un grupo homogéneo. Por lo tanto, para la prevención, la educación y la acreditación de conductores es recomendable tener en cuenta el conocimiento de estas diferencias para evitar resultados negativos.

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