En sus palabras previas al encendido, Benedicto XVI recordó
- Los hombres también necesitamos una luz que ilumine el camino de nuestra vida y nos dé esperanza, especialmente en este tiempo en el que sentimos de manera particular el peso de las dificultades, de los problemas, de los sufrimientos y en el que un velo de oscuridad parece envolvernos... y que salga el egoísmo que muchas veces cierra el corazón y que nos empuja a pensar sólo en nosotros mismos. Cualquier pequeño gesto de bondad es como una luz de este gran árbol y junto a las otras luces es capaz de iluminar la oscuridad de la noche, incluso la más oscura.
Este árbol monumental, iluminado por un conjunto de más de 8000 cables con luces y adornado por unas300 lámparas, fue encendido entre las murallas medievales, el monte Ingino y la basílica de San Ubaldo, patrono de la ciudad umbra.
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