Generación country: el salto de la seguridad a la sociedad real

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Generación country: ¿cómo es la experiencia de crecer en estas burbujas suburbanas?

Nacieron durante el boom de la migración de sectores de la clase media hacia barrios cerrados y pronto deberán dar el salto a la “sociedad real”. Los claros y los oscuros de crecer en un edén suburbano que protege pero también aísla.

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Por Revista Rumbos

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Festejan halloween, se mueven en grupo y valoran la amistad sobre todas las cosas.  Nacieron durante el boom de la migración hacia barrios cerrados y hoy ya están en secundaria. Tan lejos y tan cerca de los otros chicos de su edad, ponen en duda análisis sociológicos sobre sí mismos mientras juegan con sus teléfonos en un paraíso dominado por postales de pasto bien cortado.

La teoría social pronosticó que crecer aislados de la diversidad y los conflictos del mundo exterior, dentro de un círculo social limitado, les acarrearía problemas para contactarse con quienes percibirían como el “otro cultural”. El sentido común agregó que a estos chicos les faltaría “calle” y que les costaría más que al resto acoplarse al ecosistema tan caótico como real.

Estos niños criados tras la barrera de seguridad, ya no son una incógnita sino adolescentes de carne, hueso y granos juveniles.
Emilia (13) nació a cinco cuadras del Obelisco. Apenas caminaba en 2002 cuando la familia decidió mudarse lejos del ruido y la inseguridad del microcentro por las noches. Desde entonces viven en un barrio cerrado cercano al aeropuerto de Ezeiza. Fan de las sagas de vampiros y de Justin Bieber, cuenta que su mamá o la madre de su amiga las llevan y traen a todas partes. Todavía no la dejan ir a la matiné. Después del colegio pasean por el barrio, van al kiosco y se queden en la plaza. Tiene un “microemprendimiento” de armado de aritos. Sus principales clientas son la profesora de inglés y las compañeras de hospital de su mamá. Este verano compró casi todo flúo y espera no quedarse con nada de clavo.