V Festival Shakespeare en Buenos Aires

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Shakespeare es porteño: un festival celebra toda su obra

Desde hoy y hasta el 28, habrá lecturas, conciertos y, por supuesto, puestas teatrales con acento inglés

Por María Manuela Ántola  | LA NACION

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Tres músicos tocan sentados entre los árboles. El sol cae suavemente sobre el trío de guitarra, flauta y percusión. La melodía renacentista inunda la terraza de la residencia de estilo eduardiano. Por los balcones no se asoma ninguna Julieta, en el jardín no se esconden hadas traviesas y la melodía no será interrumpida por los lamentos fantasmagóricos de un rey asesinado. Ni hace falta. En la inauguración del V Festival Shakespeare en Buenos Aires, en la embajada de Gran Bretaña, el gran autor es omnipresente.

 

"Shakespeare describió el alma como ningún otro. Su obra es un catálogo de toda la especie humana. Por eso es un clásico", cuenta el dramaturgo Patricio Orozco, director de este encuentro, que también desarrolla anualmente una experiencia semejante dedicada a otro gran genio británico, Beckett. Orozco, junto con el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi; el embajador John Freeman, y la periodista Cristina Pérez tuvieron a cargo ayer la presentación de la quinta edición del festival. "Shakespeare es universal, pero esta semana va a ser porteño, porque lo vamos a revivir desde nuestra mirada", afirmó Pérez, aquí en calidad de actriz.
Hasta el 28 de este mes, la programación contará con la presencia de invitados de renombre, como el actor británico Michael Pennington y la argentina Norma Aleandro. Pennington, que protagonizó en innumerables ocasiones piezas de William Shakespeare, hará en esta ocasión un unipersonal dedicado a la vida y obra del creador de Romeo y Julieta. Y Aleandro tendrá a su cargo la lectura del primer gran éxito comercial del inglés, Venus y Adonis, en lo que aparece como acto central, en la Usina del Arte de La Boca.
La música del período en que vivió Shakespeare invadirá también Buenos Aires. La Catedral Anglicana funcionará como sede para una serie de conciertos en los que se interpretarán piezas incluidas en la obra del gran poeta inglés y tocará el ensamble de violoncellos Arre! "La unión de un espacio sagrado como éste con música isabelina y textos de época es singularmente inspiradora. Es como un renacer del Renacimiento", explica Pérez, que le pondrá voz y cuerpo a la experiencia.
Fiel a la "tradición teatrera de la ciudad" -como le gusta decir a Lombardi de Buenos Aires-, la oferta será variada y a todas las actividades se podrá acceder con entrada gratuita. "No podemos permitir que nos vendan el teatro popular como elitista", recalca el ministro.
Lógicamente, las obras shakesperianas más emblemáticas subirán a escenarios tradicionales y, dentro del programa de la Fundación Romeo, se representarán también algunas de estas piezas clásicas en Ciudad Oculta y villa 20. Además, el Centro Cultural Paco Urondo pondrá sus pantallas a disposición de tres películas que abordan de forma documental y ficcionada Ricardo III, Romeo y Julieta y Los dos hidalgos de Verona. También de modo itinerante se abordará la producción del inglés en caminatas y bicicleteadas participativas que invitarán a los concurrentes a detener su marcha para realizar lecturas y ponerse en la piel de conocidos personajes.
La vigencia del mundo narrativo de Shakespeare es perceptible a simple vista. "Hay múltiples conexiones entre el presente y sus obras -retoma Lombardi-. Tiene una enorme contemporaneidad, que puede apreciarse en dos ejes: el drama humano, o sea la pasión, los celos, las intrigas, y la reflexión sobre el poder. Cuando ves a Ricardo III o Lady Macbeth reflexionás sobre momentos actuales, sobre todo, en estos tiempos tan turbulentos, y asumís la escena desde otra perspectiva." En la misma línea, Orozco opina: "Es tan rico el análisis [del autor] sobre la humanidad, que si buscás, encontrás miles de analogías. Cuando Macbeth se convierte en un tirano atroz y se encierra en su castillo, cree que es invencible porque una bruja le dijo que no lograrían vencerlo hasta que el bosque se moviera. Pero los soldados se camuflan con los árboles y el bosque se mueve... hacia él. Lo de ayer [la Marcha del Silencio por la muerte del fiscal Nisman] fue así. La gente con sus paraguas, caminando a la Casa Rosada, como los árboles que se mueven... Uno cae entonces en la típica discusión sobre si la realidad influye en el arte o al revés.".