Si, como decía Pier Paolo Pasolini, nada mejor que los objetos que nos rodean para dar cuenta de nuestra experiencia sensible y nuestra clase (“la primera lección me la dio una cortina”, escribió) nadie mejor que Giannuzzi para expresar esa pertenencia. Poemas sobre unas uvas sobre la mesa, sobre su taza de café, el brillo de unas pulseras, un trapo tirado en la cocina, lo que se ve adentro de un tacho de basura en la ciudad. Una poesía coloquial, urbana y tabacosa, escrita desde el lado de adentro de los cristales de un ventanal.
y de su párrafo final
Giannuzzi se convirtió en la salida de muchas encrucijadas, una opción a la poesía de la pura subjetividad, del regodeo autobiográfico, o la extenuación lingüística del neobarroco. “Renuncio a practicar un destino” escribía Giannuzzi en uno de los poemas nunca recogidos en libro, que aparecen en las últimas páginas de su voluminosa Obra Completa. Pero sucedió exactamente lo contrario. El suyo fue un destino poético que, en el correr de las décadas y las palabras, se volvió carne de la poesía por nacer.
de
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UNA CAUSA PERSONAL
Cuando el tomo anterior de su obra completa, allá
por el 2000, apareció como un objeto extraño en las mesas de saldo de la
calle Corrientes, muchos jóvenes lectores, actualmente unos cuantos de
entre ellos convertidos en poetas, pudieron acceder como en un rito
semisecreto a la poesía de Joaquín Giannuzzi. Hoy vuelve a publicarse
una edición de su Obra Completa en Ediciones del Dock, que esta vez
incluye el póstumo Un arte callado y un puñado de poemas inéditos en
libro. Retrato de un escritor que sin estridencias fue convirtiendo una
materia deliberadamente opaca en ejemplo de rigor a la hora de construir
sus textos y trabajar con el lenguaje.
SUBNOTAS
- > Poemas de Joaquín Giannuzzi en su Obra completa
- Un hombre íntimo
Por Juana Bignozzi - Más de cien poemas
Por Damián Ríos
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