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domingo, 12 de abril de 2015

III/VII Chile: aumento de las impugnaciones de paternidad y derechos de los hijos

Esta nota incluye los intereses de todos los involucrados y en situaciones variadas

Casos de impugnación de paternidad se triplican en los últimos seis años

Cada vez más hombres recurren a la justicia para reclamar ser los padres de un niño o decir que otro lo es. En 2006 eran 633 casos. En 2012, 1.862.

por Paulina Sepúlveda - 30/06/2013 - 06:30





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Tras un año de relación, Pedro Alvarez (43) decidió separarse de su pareja. Sin embargo, una noticia los sorprendió a ambos: ella estaba embarazada. Y aunque mantuvieron la decisión de no seguir juntos, él le dijo que asumiría su paternidad. Pese a que mantuvo contacto con la mujer, se enteró del nacimiento de su hija cuando esta tenía dos meses y había sido inscrita por la actual pareja de su ex polola. “El problema es que no dejó que yo la reconociera, porque más allá de que no estuviéramos juntos, es mi hija. Yo quiero reconocerla y vivir con ella”.
Hoy, cuando su hija tiene cuatro meses, Pedro inició un juicio por impugnación de paternidad, acción judicial que busca dejar sin efecto la paternidad actual de su hija y validar su paternidad biológica como legítima.
No es la única razón para impugnar una paternidad ni se trata de un caso aislado. Estas demandas han aumentado en el país en 194% desde 2006 a 2012, pasando de 633 a 1.862 casos, según cifras de la Corporación de Asistencia Judicial (CAJ).
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Cuándo y quién puede
Rodrigo Moya, director de la CAJ, dice que una vez que un hombre ha inscrito un niño como su hijo, la ley establece el plazo de un año para que otro hombre pueda impugnar su paternidad o para que él mismo lo haga si tiene antecedentes de que el niño no es su hijo. El mismo plazo corre si es que ese padre biológico se entera años después de la existencia de un hijo. En ese caso debe llevar pruebas y testigos que acrediten que desconocía el hecho y que tiene base su solicitud. “Los hijos también pueden impugnar una paternidad tras cumplir los 18 años, así como un tercero que acredite un interés actual, como situaciones derivadas de una herencia, por ejemplo”, aclara Moya. En esos casos también se establece el plazo de un año.
Según las cifras del CAJ, el 40% de quienes impugnan una paternidad son padres, le siguen los terceros (30%), las madres (15%)y los hijos (15%).
Karen (31) interpuso una demanda de impugnación, como hija hace un mes. Cuando su madre estaba embarazada sus padres se separaron, y la nueva pareja de su mamá la reconoció, pero luego, también se separó de su progenitora. “Siempre mi mamá me dijo que mi papá biológico era otro. Yo lo veía ocasionalmente. Luego lo contacté por Facebook y le dije que quería hacer este proceso”, cuenta. El está de acuerdo. “Es algo que me merecía”, dice.
¿Las razones del alza? Para el director de la CAJ, hoy cada vez más personas conocen las herramientas legales. “Antes no se sabía y era más dificultosa una acción de este tipo”, sostiene. Además, estas causas se han visto favorecidas por las pruebas de ADN que permiten entregar más argumentos al juez.
Claudio Valdivia, director del Departamento de Práctica y Asistencia Legal de Derecho de la UC, dice que casos públicos que se han conocido en esta materia han contribuido a generar más demandas. “También el aumento de los hijos sin filiación matrimonial. Antes, la mayoría nacía dentro del matrimonio y no existía duda, pero hoy un número significativo de los hijos nace fuera del matrimonio”, dice Valdivia. Datos del Registro Civil lo muestran: en 2006 el 60,5% de los niños nació fuera del matrimonio, lo que llego a 70% en 2012.
Padres sociales
Las impugnaciones son juicios que pueden durar desde cinco meses a un año, tiempo determinado en gran medida por el informe pericial de ADN que demora entre cuatro y cinco meses.
Y aunque el test genético es pieza importante en estos casos, no basta con ella. “Hay que deducir una acción y observar si el informe de la prueba de ADN se ajusta a la realidad. Son pocos los laboratorios en los que los jueces confían. Sólo aquellos que respetan la cadena de frío y análisis molecular”, dice Moya.
Para Francisco Aguayo, sicólogo experto en paternidad, este aumento de casos también debe leerse como el cada vez mayor interés de los padres biológicos por reclamar su paternidad. “El padre tiene derecho a conocer si es el padre biológico y a ejercer su paternidad. Pero también está el derecho del niño de saber quién es su padre biológico y ser cuidado por él”, señala.
Sin embargo, Aguayo dice que no hay que olvidar a los padres sociales: aquellos hombres que sin ser los padres biológicos del niño muchas veces han ejercido ese rol por meses y con calidad. “Cuando aparece el padre biológico a reclamar su derecho años después, muchas veces se intenta borrar del mapa al padre social. La paternidad biológica es importante, pero es esencial no pasar por sobre la historia y derechos de los niños”, acota.
Valdivia comparte esa mirada. “No por el hecho de que el padre biológico impugne la paternidad del padre social -que ha estado presente y es reconocido por el niño- eso lo valida”, dice.
De hecho, señala, no son pocos los casos en que la justicia opta por el padre no biológico en base al reconocimiento e interés del niño. “Incluso si hay un test de ADN”, porque lo que se busca es consolidar las relaciones parentales estables seguras y protectoras para el menor”.

de
http://www.latercera.com/
de Chile

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