Publicamos en dos partes esta extensa nota
Crece la demanda de pruebas de ADN.
Hay tantos motivos como personas para pedir este examen: hombres que
desconfían de que los hijos matrimoniales sean propios. Mujeres que no
saben quién es el padre de su hijo. Hombres que descreen que el hijo
de su amante sea de ellos y gente que dice ser hija de alguien para
cobrar su herencia, entre otros.
Los pedidos de estudio llegan a los laboratorios por la vía judicial o
en forma privada. De acuerdo con las cifras de esos centros, la mayoría
recibe actualmente más solicitudes de manera privada. El promedio de
pedidos de este tipo de estudio es de no menos de 40 solicitudes por
mes, incluyendo los privados y los judiciales, según informaron los
laboratorios.
"Cada vez más gente lo solicita porque saben que con un simple estudio
del ADN puede sacarse la duda", dice el doctor Eduardo Raimondi. Pero
aclara que si bien el resultado es muy preciso (99,99% de certeza),
"sólo es una prueba más para determinar la paternidad".
Si bien aún no existe una legislación que regule los exámenes de ADN,
hay un fallo de la Corte Suprema de Justicia, de octubre de 2003, en el
caso de Evelyn Vázquez Ferrá, hija de desaparecidos. El tribunal
estableció que no podía realizarse compulsivamente un examen de ADN "si
la persona es mayor de edad y no quiere conocer su verdadera
identidad. El Estado no puede obligarla a investigarla ni promover las
acciones judiciales destinadas a establecerlas". De hecho, el debate
en el país acerca de las pruebas de ADN se instaló hace más de una
década, vinculado con las causas de hijos de desaparecidos.
No obstante, en la actualidad, cambió el perfil del solicitante y los
motivos. "Ahora son los hombres los que dejan de lado la vergüenza y se
acercan para confirmar su paternidad o no. Vienen a preguntar qué
prenda o muestra deben traer de sus hijos para realizar la prueba".
"Es muy común que los hombres, que no consultan previamente se aparezcan
con un cabello con bulbo o unos calzoncillos o una media de su hijo".
A aquellos que sí se asesoran, se les sugiere realizar en sus hijos
el hisopado bucal que consiste en pasar un hisopo por la parte interna
del carrillo de la boca. "Tiene cero traumatismo y las células
adheridas al hisopo se conservan por largo tiempo".
Son 18 laboratorios, entre privados y públicos, los que realizan
estudios de filiación en el país, según datos de la Sociedad Argentina
de Genética Forense (SAGF).
En el ámbito público, en el Hospital Durand funciona el Banco Nacional
de Datos Genéticos, donde también se realizan estudios de paternidad.
Como este tipo de exámenes no es considerado un servicio de salud, los
que acuden a ese centro deben abonar los 1000 pesos promedio que
cuesta la prueba.
La doctora Celia Giordanino, secretaria del Juzgado Civil de Familia N° 8
de la ciudad de Buenos Aires, confirma la tendencia. En su juzgado
aumentaron las causas por impugnación de paternidad presentadas por
hombres: "En 2004 se tramitó un solo juicio, pero en 2005 la cifra trepó
a cuatro. Es muy decepcionante para los padres enterarse de que no lo
son, y, a la vez, se debe crear conciencia del daño a los niños".
Desde uno de los laboratorio consultados, Gabriel Eipstein, indica que
"los padres solicitan el estudio porque los hombres en algún momento de
sus vidas dudan de ser padres de sus hijos". Atribuye el aumento de
estas pruebas a "que hay mayor conciencia del derecho a la identidad".
Existe en la Argentina un kit para realizar el test de paternidad en
forma totalmente anónima y con un costo de 950 pesos. Los padres que
dudan deben cortarse las uñas y también las de su hijo y colocarlas en
los recipientes que vienen con el kit. Ese kit se envía a una casilla
de correo y en un mes reciben el resultado. "En Estados Unidos se
realizan 1000 estudios de paternidad por día utilizando este método.
Nosotros recibimos entre uno y dos kits por día y en poco tiempo los
vamos a comercializar a través de las farmacias", dice Eipstein.
Se reciben más solicitudes privadas que judiciales. Así lo afirma la
doctora Viviana Bernath: "La gente acude menos a la Justicia y trata
de resolver el conflicto en forma privada, es más rápido y tiene el
mismo costo".
El laboratorio en el que trabaja el doctor Daniel Corach - Servicio de
Huellas Digitales de la Universidad de Buenos Aires- no recibe muestras
anónimas. "Nosotros preferimos que el padre traiga al hijo al
laboratorio", dice Corach, presidente de la Sociedad Argentina de
Genética Forense.
Primarosa Chieri, directora del laboratorio Primagen,
corrobora la tendencia al sostener que "ahora es el hombre el que
viene a solicitar el estudio. La mayoría son de matrimonios separados,
que luego de la disolución del vínculo comienzan a dudar".
Pero Chieri también dice que muchas de las personas que se
acercan a su laboratorio son "paranoicos que creen que alguien es o
no su hijo: tal fue el caso de un matrimonio que vino porque decía que
eran los padres de la actriz Natalia Oreiro, que, después de los
exámenes, quedó descartado".
Los casos que atienden en estos laboratorios son de los
más variados. Aparte del más usual, que es el de la mujer,
generalmente pobre, que pretende que un hombre, mayormente de mejor
posición, reconozca a su hijo, existen aquellos que son poco divulgados,
pero cada vez más frecuentes.
"Hace unos años vino un hombre de 85 años que me dijo: «Doctor, acabo
de enterrar a mi esposa y quiero saber si debo llorarla o quemarla.
Tuvimos una hija, que ahora tiene 40 años, y siempre tuve la duda de que
no fuera mía, porque es pelirroja igual que mi mejor amigo». El señor
trajo a la hija y resultó que no era suya. Lo que pasó es que no se
quería morir sin saber la verdad", recuerda Raimondi.
de
http://www.primagen.com.ar/
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