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Hábitos
La lupa sobre las prácticas culturales de América latina
Según una encuesta realizada en la región, la sensación es que la oferta aumentará
Hace
algunas semanas se dio a conocer el informe de la Encuesta
Latinoamericana de Hábitos y Prácticas Culturales, realizada por el
Observatorio Iberoamericano de la Cultura (OIBC). El estudio de campo
realizado el año pasado se basa en testimonios de 1200 personas por país
y tiene un margen de error del 2 por ciento. Los datos reflejados
aportan rarezas, cifras que pegan en la línea del sentido común,
posibles heridas y orgullos nacionalistas y una impresión de fondo con
buen latido en término de imaginarse futuros en los que el consumo
artístico esté más presente en nuestras vidas. De hecho, y en esto de
medir sensaciones, el 60 por ciento de los encuestados cree que en este
último siglo el acceso, la calidad y la oferta cultural han aumentado.
Es más, creen que seguirá aumentando más allá de lo que digan otros
parámetros macroeconómicos y más allá de que los distintos gobierno le
dediquen de su PBI sólo el 0,5 por ciento, o menos.
De reparar en
algunos tópicos puntuales surgen varias particularidades. Por ejemplo,
en el mapa latinoamericano, el 65 por ciento de los encuestados dice no
haber ido al cine en los últimos 12 meses. O el 67 por ciento afirma no
haber concurrido al teatro. ¿Es mucho? ¿Es poco? Parece un índice
preocupante (y, tal vez, lo sea). El mismo estudio se encarga de dar una
pista. Una encuesta similar realizada en Europa sostiene que el 48 por
ciento no fue al cine en los últimos 12 meses. Al parecer, recordando
que en nuestra región esa cifra se eleva al 65 por ciento, la diferencia
podría tener una fácil explicación basada en asimetrías económicas y la
facilidad de acceso al consumo cultural que genera un poder adquisitivo
más elevado.Sin embargo, cuando se pone la lupa en el hábito de concurrir al teatro, el 70 por ciento de los europeos encuestados afirman no haber ido en el último año. En América latina, volvamos a datos anteriores, esa cifra es levemente menor: el 67 por ciento. Que los habitantes de nuestra región vayan más al teatro cuestiona a la misma tradición teatral europea, a la cantidad de salas públicas que hay allí, a la variedad de festivales dedicados a las artes escénicas y al mecanismo de subsidio estatal , pieza vital para la producción de esta actividad.
La macroencuesta aporta más datos. En lo que hace al consumo de películas en cines las tasas de no asistencia más bajas se encuentran en Costa Rica (49 por ciento), Argentina (52), Ecuador (53) y Chile (57). La media para Sudamérica es de 63 por ciento. Llamativamente, en Brasil, uno de los mercados audiovisuales más importantes de toda la región, el promedio de no asistencia es de 68 por ciento. El mismo informe aporta datos del Observatorio de Cine Latinoamericano. Según dicho ente, en México una persona va al cine 1,42 veces por año. Sigue nuestro país, con 0,84.
En lo que hace al teatro surge otra sorpresa para el sentido común (o sentido común porteño, bien teatrero y un tanto engreído): Uruguay tiene el índice más elevado de consumo teatral de la región. Siguen la Argentina y Costa Rica, en ese orden. En este recorte, entre los que afirman haber ido al teatro en los últimos 3 meses, vuelve a estar en el podio Uruguay, con un 9 por ciento, seguido por Colombia, Costa Rica y la Argentina y México, que comparten el 6 por ciento. Desde la óptica de construcción de nuevos públicos hay un dato interesante: los que componen esta franja mayoritariamente son los que van de los 16 a los 30 años. Un poco más de la mitad tiene educación superior completada.
En lo referido a la música, el 68 por ciento de los encuestados afirma no haber asistido a conciertos, recitales y presentaciones en vivo en los últimos 12 meses. No es muy diferente a los que sucede en Europa. En la comparativa por país, Argentina ocupa un lugar de privilegio: es el primero en consumo de música en vivo. En porcentuales, el 45 por ciento dice haber ido. Brasil, con su riqueza musical, ocupa el antepenúltimo lugar con el 20 por ciento. Sin embargo, los brasileños son quienes más música grabada escuchan junto a los costarricenses, colombianos y uruguayos.
Hay dos factores que atraviesan las tres actividades analizadas: lo económico y lo formativo. Con diferencias y matices, los mayores índices de no frecuentación se dan entre los niveles socioeconómicos más bajos y en aquellos que no superaron el nivel de enseñanza básico. Eso tiene su correlato regional: en Centroamérica los hábitos de consumo teatral puertas afuera de cualquier hogar son más elevados que en Sudamérica. Con una excepción: Costa Rica.
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