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viernes, 11 de abril de 2014

Códigos y moral:: un viaje de ida y vuelta



La noticia de la detención de El Chapo Guzmán se sumó a la difusión televisiva de las narconovelas, y el tema del narcotráfico tuvo un salto en los medios de comunicación de buestro país, seguido con interés por el público.

Varios posts en este blog acercaron el tema, ahondando en las inquietudes de la gente, La serie de publicaciones sobre narcotráfico está siendo continuada por la serie sobre narcocorridos. 

Mejicanos en su origen, los narcocorridos se difunden y en cada región toman otros sentidos, que suman sus nuevos oyentes, desde su cultura. Hace años tenían circulación escasa. Cobraron conocimiento en nuestro país principalmente a partir de la Reina del sur, novela del escritor español Arturo Pérez-Reverte. Los narcocorridos no se difundían públicamente y a nivel cotidiano se los escuchaba en las galerías (galerías comerciales) en que habían locales dedicados a tatuajes. No se oían todo el tiempo, pero, en minoría, coexistían con otras expresiones musicales.

En Desafío de bienestar he comenzado a hablar de los corridos pesados de Los Tigres del Norte. Expresan dramas que no son escuchados. Lo dice muy bien su tema El corrido: voz del oprimido, un retrato hablado. En los blogs que publico he tocado los temas de corridos y de drogas.

La moral está teniendo mala prensa. Llaman la atención quienes hacen comentarios privada o públicamente y comienzan por aclarar que no hablan desde una posición moral, que su acercamiento no tiene que ver con la moral – dicen desde qué posición no hablan sin definir desde cuál posición hablan-, y argumentos de ese tenor. Y crece el número de reclamos por mantener códigos, entre la gente, entre amigos, entre quienes sea, se reclaman códigos.

Códigos son reglas morales consensuadas y los corridos están poblados de tales. Códigos quebrados, códigos traicionados, códigos reclamados, códigos cobrados. 

El Pelo Chino no lo advierte, no se apropia de la palabra que porta, cuando dice en su propio epitafio,

-                              El que obra mal se le pudre el alma, 

y no sabe por qué lo acribillaron. 

Pedir reglas morales consensuadas es un reclamo que se sostiene mientras no porte lo que se critica de la moral: que el otro cumpla para ser uno mismo más fácilmente un pillo que no cumple con su parte del trato.

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