Opinión
Es una ofensa a la moral pública que olvida el bien común
La
voz "tabú", según la Real Academia Española, significa "prohibición de
comer o tocar algún objeto, impuesta a sus adeptos por algunas de las
religiones de la Polinesia". Es decir, significa lo prohibido. De manera
que, desde el inicio, el lanzamiento de la página de supuesta educación
sexual #ChauTabú llama a dejar de lado la moral y buenas costumbres.
Ello conlleva una idea de dejar de lado la ley, cualquiera sea ésta.
No resulta comprensible que un programa oficial, con la
participación del jefe de gobierno, Mauricio Macri, y su vicejefa,
María Eugenia Vidal, busque dejar de lado los valores de la sociedad
para proponer los disvalores y la amoralidad social.La educación sexual no es la denominación correcta, pues lo expuesto en el portal sólo es información. Educación no significa información sobre "derechos sexuales", y mucho menos sobre experiencias ajenas, consultas y respuestas anónimas, preconceptos y conceptos generados por autores desconocidos.
Tampoco la información ni la formación sexual debe quedar a manos de un gobernante, que si lo hace, usurpa. El derecho -y la obligación- de la educación de los hijos, también en sexualidad, es obligación primigenia de los padres y de la familia.
Si la delegan -o aceptan que alguien los reemplace en esa esencial tarea- habrán incumplido su primordial rol social, familiar y personal.
La web ChauTabú en su primera versión, hoy modificada apenas parcialmente, promueve conductas contrarias a la moral y quiere mostrar formas de relacionarse de los jóvenes en el comienzo de su desarrollo sexual.
Hay aspectos de la vida sexual que, a estar a la moral y buenas costumbres, deseables en una sociedad que se precie de incentivar y vivir valores, no pueden alentarse cuando se dirigen a los adolescentes.
Dios creó al hombre y a la mujer y uno de los dones más preciados que les dio fue la libertad. Somos libres para elegir el bien o el mal. Conductas apegadas a la moral y las buenas costumbres, o las que no lo son.
La página web muestra fórmulas de relación sexual que ven el sexo como placer exclusivamente, siendo que el fin principalísimo es el de procrear, sin negar aquél, pero partiendo del amor, el respeto y la dignidad, conceptos absolutamente olvidados en esta oportunidad.
A través de este portal, el gobierno de la ciudad ofende la moral pública, olvidando el bien común de la sociedad que debe proteger y buscar..
Enrique Ramos Mejía
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