TODA
UNA VIDA
18.01.2014
| Entrevista a Alberto Díaz, editor de Juan Gelman
"Gelman era de esas personas a las que la edad les jugaba a favor"
Conmovido por la muerte del poeta, el editor afirma que se trata de "la pérdida de un amigo" pero también de una pérdida muy grande "para la cultura argentina". Adelantó que se publicará en Argentina un libro de poemas inéditos.
Por:
Natalia Páez
Natalia Páez
Antes de entregarle los archivos de Hoy, Juan Gelman le mencionó
que tenía un libro de poemas dedicado a su mujer, Mara la Madrid, su
compañera por más de 25 años. Con el título Amaramara, será publicado en
breve por la editorial La Otra pero, según anticipa Díaz, también será
publicado en Argentina por Seix Barral. Mientras tanto en México se
reeditará Hoy, con el agregado de diez poemas inéditos.
Cuando se cumplieron 50 años de su primer libro, Violín y otras
cuestiones, publicado en 1956, Juan Gelman viajó a Buenos Aires.
"Hicimos una edición especial reproduciendo la misma tapa que había
publicado originalmente Ediciones Gleizer, color cremita, tapa dura. Una
edición muy cuidada y con el prólogo de Raúl González Tuñón que ya en
ese año anuncia que en el trabajo de Juan está el futuro de la poesía
argentina. Desde ese primer libro se vislumbra el gran poeta que podía
llegar a ser, es muy premonitorio lo que va diciendo González Tuñón
respecto de Juan. Augura en él la figura de un renovador de la poesía y
por supuesto, en ese momento ambos militantes del partido comunista,
también del futuro de la política”, dice Díaz.
El editor considera que –tal como lo augurara Tuñón– habría un
antes y un después de Gelman en la poesía argentina. "Premonitoriamente
algunas cosas ya están en Violín y luego él junta otras que serían muy
renovadoras en Gotán. Como autor tenía la particularidad de que ninguno
de sus libros se parecía al anterior. Todos eran distintos. Únicos",
explica.
A partir de esas primeras publicaciones, la relación entre ellos
fue muy estrecha, llegando en los últimos tiempos a tener una
comunicación semanal por mail, o telefónica, ya de tipo personal, más
allá de las cuestiones editoriales. "Había entre nosotros mucha broma
tanguera y porteña. Yo le hacía un chiste recurrente. Siempre lo
arengaba: ‘Juan ¿cuándo vas a hacer poemas como Héctor Gagliardi?’… un
poeta popular tanguero de la década del 40 y 50, muy emotivo, un
letrista de tango que usaba mucho el lunfardo y que recitaba sus poemas
siempre como si tuviera una orquesta típica de fondo. Yo le decía,
entonces, ‘¿Cuándo vas a llegar a estar a su altura?’ Y él –que entendía
el chiste– me mandaba al rato un soneto, un poema a lo Gagliardi, todo
rimado exagerando el color tanguero".
Como autor era dedicado al detalle con cada uno de sus libros en la
etapa de producción, pero de perfil muy bajo, y no prefería el ritual
de las presentaciones de libros. "Juan nunca quería presentar los
libros. Era reacio, no le gustaba. Muy tímido, hosco inclusive. Era
difícil también que diera entrevistas. Muchos de los viajes que hacía a
Buenos Aires pasaba por la editorial, íbamos a comer y nadie se
enteraba. Sobre todo en la época que estaba buscando a su hijo y a su
nuera. Llamaba para avisar que estaba, nos encontrábamos en un bar y así
pasaba en silencio".
En agosto de 2013 Gelman viajó por última vez a Buenos Aires, a la
presentación de Hoy, en la Biblioteca Nacional. Ya estaba enfermo.
"Cuando me envió los archivos de ese libro estaba algo dubitativo con el
material. Me dijo: ‘Alberto leé esto, si no te parece no lo publicamos.
Es un libro que tiene algo de prosa… no sé’. Para mí es un libro
excelente, y es muy importante porque él lo escribió luego de haber
encontrado a Macarena, su nieta. Un momento en el que estaba algo
paralizado emocionalmente. Esos escritos son respuesta a un momento en
que él se sintió privado de sentimientos. Fue el único libro que quiso
presentar. Yo creo que quería despedirse de Buenos Aires. Ya estaba muy
mal ese día. Fue una hora en la que se leyeron sus poemas. Tuvimos que
armar una salida por unos pasillos de la Biblioteca Nacional porque ya
no se podía mantener en pie. Había frases que no se le entendían, aunque
su voz de fumador pegaba muy bien con su poesía. Mucha gente se molestó
porque no lo pudieron saludar y él adelantó el regreso a México porque
tenía que internarse. Aguantó menos de lo que él esperaba. Cuando
presentó el libro sintió que ya había cumplido. Se volvió antes con la
misión cumplida".
Mientras transcurre la charla, Alberto Díaz sostiene en sus manos
una hoja A4 con el último mail de Gelman impreso. "Sus últimos libros
son menos tangueros, pero nunca dejó de lado su compromiso permanente
con el lenguaje, con una búsqueda estética. Trataba de moldearlo, de
cambiarlo. Me cuesta mucho hablar sobre Juan porque la muerte te deja
sin palabras. Cualquier elogio o cualquier adjetivo suena a que es la
muerte la que ha mejorado su biografía. Pero en su caso, un hombre a
quien conozco desde hace 40 y tantos años, esto se verifica. Era de esas
personas a las que la edad les jugaba a favor. Se mantuvo creativo y
original. Muy lúcido, muy innovador y muy entero. Tenía una gran
vitalidad".
Ese último correo es un intercambio entre amigos más allá de lo
laboral. "Me contesta poniéndome al tanto de su enfermedad, de la que
hablaba muy escuetamente y muchas veces hasta en broma. En un fragmento
dice ‘hoy se levantó mejor el cancerito’, minimizando el efecto de la
palabra cáncer. Y me cuenta que se dio ‘un pequeño lujo’. Relata: ‘Vino
un peluquero a mi casa a cortarme el lope, me recortó el tegobi, a ver
si así el ‘14 me recibe bien’. Se refería al comienzo del nuevo año,
2014, con ese modo de dar vuelta las palabras, tan de barrio de tango.
En ese mail no era quejoso. Aunque se despidió de forma distinta. Pone
un ‘te quiero mucho, los quiero mucho a todos ustedes’ –se refería a mi
mujer y a mis hijos– y una reiteración de afecto y cariño. Yo lo tomé
como una despedida. Es la pérdida de un amigo pero también es una
pérdida muy grande para la cultura argentina. La muerte te priva por
todos lados. Quedan sus escritos" . «
un ruso de villa crespo
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