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Agregamos vida a los años, no queremos quedar afuera, no queremos abandonarnos. Necesitamos aprender a movernos en este mundo. Curiosear y llegar a alguna certeza. Aprender a manejarnos con las novedades. Nadie sabe todo, y todos tenemos algo para enseñar y algo para aprender.
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jueves, 30 de abril de 2015
Hijos que huyen de su hogar
Chicos que desaparecen: en el 84,6% de los casos, se fugan
Ayer fue encontrada Carlina, que estaba con un joven en Palermo
Carlina, la chica de 14 años que desapareció el lunes en el parque Las Heras y que era intensamente buscada, fue encontrada ayer gracias al aviso de un vecino de Palermo que había visto su foto en los medios y se comunicó con la policía.
Según
informó el secretario de Seguridad, Sergio Berni, Carlina estaba en el
hall de un edificio junto a un joven mayor de edad, protegiéndose de la
intensa lluvia de la mañana.En la Argentina, según datos del Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas, el año pasado se registraron 6047 casos. Si se tienen en cuenta las cifras de 2013, hay un incremento de 8,31% (5538 reportes).
"El 84,6% de los chicos de entre 12 y 17 años se fue por voluntad propia, lo que en la jerga policial se llamaría fuga de hogar", afirmó a LA NACION Cristina Fernández, directora del registro. "Las razones tienen que ver con maltratos y conflictos familiares. Los hogares pierden la posibilidad de contener a los chicos y se enfrentan a situaciones expulsivas", agregó.
Juan Carr, de la Red Solidaria, aconseja "hacer un escándalo" cuando un chico desaparece o se pierde. "Si aparece enseguida, bienvenido sea el papelón", dijo.
"Atendemos a los padres de los chicos, hacemos seguimientos, difundimos las fotos, cuando somos autorizados por un juez", dice Fernández. Según la funcionaria, una de las claves de esta herramienta es poder cruzar los datos en las distintas comisarías del país. De la cifra total, según indica el reporte, se logra encontrar al 80% de los chicos.
El caso de Carlina es uno de los 1000 que se dan por año en la ciudad de Buenos Aires, según informó a LA NACION Guadalupe Tagliaferri, la presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del gobierno porteño.
"El número se mantiene constante año tras año. Si se tienen en cuenta las estadísticas del Registro de Chicos Perdidos del Consejo, el año pasado hubo 1125 casos, y en 2013, 1132", señala la funcionaria. Carlina forma parte también del 95% de los chicos que logran ser encontrados en la ciudad.
Si bien aún no se conocieron las causas que llevaron a la adolescente a desaparecer por casi dos días -de hecho, se investiga hasta una llamada telefónica con un pedido de rescate-, Tagliaferri indica que el 70% de los menores se suelen ir en forma voluntaria de sus casas. "En función de los números, abandonan sus hogares por situaciones que no pueden resolver en el ámbito familiar. Se rompe el diálogo. A veces, es porque la familia no acepta una relación con un novio o una novia, están embarazadas o hay maltratos", explica.
Antenoche, la encargada del edificio donde vive Carlina, junto a su madre adoptiva, dijo a la prensa que había "problemas familiares" .
Del total de los 1125 chicos que se perdieron el año pasado en la ciudad, el 60% correspondía a la franja que va de los 16 a los 17 años. "La adolescencia es una etapa de muchos cambios, por lo que es muy común que los chicos no se sientan comprendidos por los adultos responsables de la crianza", indica Tagliaferri.
Si se tiene en cuenta todo el país, se mantiene la variable relativa a la edad. El 81,2% de los chicos extraviados corresponde a la franja que se extiende de los 12 a los 17 años. De ese total, la cantidad de chicas (70,8%) supera la de chicos (29,2%).
"Se van de la casa pensando que la vida sin límites es mejor y no tienen conciencia de los peligros a los que están expuestos", advierte desde la experiencia Adriana Sellan, integrante de la comisión directiva de Missing Children.
Qué hacer
Carr considera que cuando un familiar se pierde primero hay que recurrir a la comisaría, la fiscalía y el juzgado. Y en las ciudades más chicas, a los Bomberos y a Defensa Civil. "Luego hay que armar equipos y ponerse en contacto con el círculo en el que se mueve la persona que se busca. La última parte es la comunicacional, que se divide en medios tradicionales (TV, radio, diarios) y las redes sociales", cuenta. Ahora, están aplicando también búsquedas por WhatsApp. "Mandamos la foto o los datos de la persona buscada a celulares amigos", agrega e invita a sumarse a la iniciativa vía mail hola@redsolidaria.org.ar."Cuando alguien se pierde, que el país se entere", pide Carr.
Tagliaferri cuenta que luego de que los chicos son encontrados hay que hacer un trabajo de revinculación con la familia. "Hay que establecer los canales de diálogo", describe. Y sobre Carlina, que fue entrevistada en Cámara Gesell para conocer las razones de su desaparición, la funcionaria agregó que se estaban tomando los recaudos para contenerla. Algo que se hace con todos los chicos que son hallados.
Ayer, hasta el cierre de esta edición, era buscada intensamente Luana Garnica. La adolescente, de 16 años, fue vista por última vez hace una semana en Escobar. La joven debía ir al psicólogo y, luego, al colegio, pero no llegó a ninguno de los dos lugares. Según contó su madre a la prensa, Garnica chateaba con un hombre, quien presuntamente la chantajeaba con unas fotos.
La madre adoptiva de Carlina tenía denuncias por violencia familiar
Investigan la relación de Carlina con su madre adoptiva
Testigos y vecinos declararon que la mujer tenía denuncias por violencia familiar
Tras el hallazgo de Carlina, la adolescente que desapareció el lunes en el Parque Las Heras y fue encontrada hoy, los investigadores intentan determinar por qué la menor se ausentó de su casa.
Fuentes
judiciales informaron a DyN que los investigadores intentan establecer
los motivos por los cuales la adolescente estuvo casi 48 horas sin
comunicarse con su familia adoptiva y en qué circunstancias se contactó
con el joven de 26 años con el que fue encontrada.Las fuentes dijeron que la fiscal Marcela Sánchez, a cargo interinamente de la Unidad Fiscal de Investigaciones 37 (UFI 37), descartó esta tarde la hipótesis de un secuestro y ordenó liberar al joven que estaba con la adolescente, luego de permanecer demorado en una comisaría.
La fiscal dispuso también una revisión médica de la adolescente en el Hospital Fernández para establecer si antes o después de su desaparición sufrió lesiones físicas y su posterior traslado a Tribunales para que prestara declaración bajo el sistema de Cámara Gesell.
Investigan la relación con su madre adoptiva
En tanto, testigos y vecinos declararon que la adolescente tenía una mala relación con su madre adoptiva y que la mujer tenía denuncias por violencia familiar., según consignó DyN.Anoche, la encargada del edificio donde vive la adolescente con su familia adoptiva dijo a la prensa que había "problemas familiares" y peleas, por lo que en varias oportunidades se requirió presencia policial.
Vecinos también manifestaron que en una ocasión debieron acompañar a la adolescente a un hospital tras recibir una golpiza y aseguraron que una hermana suya se había ido de la casa adoptiva a raíz de los maltratos.
La adolescente tiene cinco hermanos con quienes vivía en condiciones muy precarias en la provincia de Corrientes y fue adoptada hace tres años por la mujer junto con dos de ellos.
Los otros tres hermanos viven con otra familia en la localidad cordobesa de Villa General Belgrano.
La joven desapareció el lunes luego de salir del colegio al que asiste junto con su hermano, de quien se separó minutos después en inmediaciones del Parque Las Heras, pero nunca llegó al departamento de French y Coronel Díaz.
Tras su desaparición la madre adoptiva radicó la denuncia en la comisaría 53 y reclamó ante las cámaras de televisión que le devuelvan "viva" a su hija.
Esta mañana el secretario de Seguridad, Sergio Berni, dijo que la adolescente fue encontrada por personal policial tras el aviso de un vecino.
El funcionario aclaró que el joven que estaba con ella fue llevado a una dependencia policial, pero "no estaba ni detenido ni demorado"..
de
http://www.lanacion.com.ar/1788708-investigan-la-relacion-de-carlina-con-su-madre-adoptiva
Encontraron a Carlina pero no quiere volver a su casa
Carlina: "No quiero volver a mi casa"
La joven que estuvo desaparecida casi 48 horas, aseguró que debido a los problemas con su familia adoptiva no quiere regresar. La fiscal determinó que pasará la noche en un hogar de menores
La mañana de este miércoles, la joven
cuya imagen apareció en todos los medios y las redes sociales fue vista
por una vecina que llamó al 911. Carlina, de 14 años, se encontraba acompañada de un joven de 26 años, Claudio Fabián González,
en la entrada de un edificio ubicado en Godoy Cruz 2919, del barrio de
Palermo. Tras ello, la adolescente fue derivada para realizársele una
revisión física, en tanto que el joven fue llevado a la Comisaría 23
para prestar declaración.
"No quiero volver a mi casa",
dijo Carlina en una declaración en cámara Gesell, al tiempo que aclaró
que durante todo el tiempo estuvo deambulando por las calles y no hubo
malas intenciones ni ninguna actitud delictiva por parte del hombre con
el que fue encontrada.
Según supo Infobae, la joven de 14 años tenía una mala relación con la madre adoptiva. Surge
de la declaración de testigos y vecinos de la familia, quienes
aseguraron que en el departamento de Carlina y su madre se escuchaban
muchos gritos constantemente y que la madre la golpeaba. Los mismos testigos contaron que una vez tuvieron que llevar a Carlina al hospital por los golpes que había recibido.
Debido a ello, la fiscal Marcela Sánchez, quien interviene en el caso, decidió que la menor no vuelva al domicilio y que pasará la noche en un hogar de menores.
De inmediato también se dio intervención al Consejo del Menor, para que
verifique las condiciones de adopción de la chica y los antecedentes de
la madre.
Por su parte, González, quien vive en la calle, declaró que la encontró en el parque Las Heras llorando.
La menor le confesó que tenía un conflicto con su madre "y por eso yo
me ofrecí a acompañarla". Incluso, el joven se ofreció a llevarla al
colegio al día siguiente, pero ella se negó. Asimismo, confirmó que no
tuvieron relaciones sexuales.
infobae.com
Los senderos de los descubrimientos del niño: los esquemas familiares demarcando el rumbo de las investigaciones de conocimiento
En su trabajo El
"esquema familiar", unidad cognitiva procedimental privilegiada, André
Boder caracterizó al esquema familiar como unidad central en el proceso de
organización del conocimiento, desempeñando un papel doble. Atribuye un
significado a la situación -¿Cuál es el problema?- al tiempo que es responsable
de la orientación y control de tal búsqueda -¿Cuál es la solución?-. Las dificultades
que encontramos cuando resolvemos problemas derivan de esta doble vertiente.
En palabras sencillas, para acertar con la solución adecuada
necesitamos definir el problema y encontrar la respuesta correcta.
De ahí se desprende que la evolución del conocimiento se da
en la interacción con el medio, donde la familia a la que pertenecemos es el
marco principal.
En esta formulación encontramos unidas inteligencia y
afectividad cuando de aprender a solucionar problemas se trata.
de
Los senderos de los descubrimientos del niño:
investigaciones sobre las microgénesis cognitivas
miércoles, 29 de abril de 2015
Mediar entre adolescentes y sus padres
Conflictos intergeneracionales. Mediación entre padres y adolescentes.
Posted on by resuelveahora
Los conflictos intergeneracionales son algo consustancial al propio proceso de desarrollo y aprendizaje por los que necesariamente tiene que pasar el adolescente. No existe crecimiento y adolescencia sin conflictos intergeneracionales.
Estos conflictos pueden ser resueltos dentro del seno familiar de forma positiva siempre que se afronten mediante el diálogo, de hecho, muchas familias lo consiguen, pero en ocasiones, los padres fracasan en su intento por establecer una comunicación con sus hijos/as y seguir ejerciendo control sobre ellos.
La adolescencia es una etapa que conlleva muchos cambios, tanto a nivel físico, como psicológico y a nivel de relaciones sociales. Se trata de un momento de transición entre la niñez y la edad adulta, en la que la principal tarea del adolescente es encontrar su propia identidad, y adquirir autonomía, y para ello es necesario que se produzca una separación progresiva de las figuras paternas.
Con la adolescencia aparecen en las familias nuevas problemáticas y los padres tienen que poner en práctica nuevas habilidades para hacerles frente ya que las estrategias que utilizaban anteriormente en la educación con sus hijos/as ya no les funcionan.
El adolescente desea iniciar su camino hacia la independencia sin supervisión excesiva por parte de los padres. Necesita explorar el mundo que le rodea y empezar a tomar decisiones propias y cometer errores para aprender de ellos. Tiene sus propias ideas y en muchas ocasiones desecha la influencia de sus padres, ya que se siente más atraído por todo lo nuevo que esta apareciendo en su vida. Se identifica con la pandilla de adolescentes de la que forma parte, por líderes e ídolos de bandas de música..etc. Comienza a ver que existen nuevas posibilidades en las que quiere participar.
Todo ello lleva a que el adolescente conozca gente nueva, tenga nuevos grupos de amistades y se lance a experimentar nuevos horizontes antes desconocidos. Comienza a descubrir su sexualidad y a tener sus primeras relaciones sexuales, a salir por lugares de ocio nocturno y llegar tarde a casa y a adoptar nuevas formas de vestir y de comunicarse.
Estos cambios que se producen en el comportamiento y actitud de los jóvenes, suelen chocar frontalmente con lo que los padres esperan de la vida de sus hijos/as. Empiezan a sentir que no controlan a sus hijos/as como lo hacían antes y ya no les pueden proporcionar la misma seguridad. Tienen miedo de sus nuevas compañías, de que empiecen a mantener relaciones sexuales, que escojan caminos peligrosos o que empiecen a consumir drogas. Comienzan a no entender la actitud distante y de acritud hacia ellos, el porque prefieren pasar más tiempo con sus amigos o porque rechazan cualquier consejo que les puedan brindar.
Normalmente, estos miedos que experimentan los padres, que se traducen en disgusto y falta de comprensión, no suele plantearse de forma abierta en el núcleo familiar. Los padres no suelen dialogar con sus hijos/as sobre cuales son sus preocupaciones.
Los adolescentes por su parte, cada vez se aíslan más, sienten que sus padres no los entienden y por lo tanto no quieren dar explicaciones. Pasan el menor tiempo posible con ellos ya que no consienten que invadan su intimidad.
Los padres a su vez, se muestran cada vez más irritados y desconfiados. Esta situación genera conflictos diarios que si se dilatan en el tiempo pueden desembocar en una pérdida de la relación, ya que ni los padres ni los adolescentes hacen esfuerzos por entenderse.
Tras esta breve reseña de cómo puede verse afectada la dinámica de la familia en esta fase de su ciclo vital, desde nuestra experiencia en la intervención con este tipo de situaciones, proponemos la Mediación como un método adecuado para gestionar este tipo de conflictos. El objetivo de la Mediación es llegar a acuerdos entre padres e hijos/as que posibiliten una mejora de la comunicación entre ambas partes y por tanto una mejora de la convivencia familiar. Padres e hijos/as deberán hacerse conscientes durante el proceso de que las diferencias que los separan son normales, ya que están pasando por etapas de la vida totalmente distintas. Esto les ayudara a ser más flexibles en sus posturas, empezar a entenderse mutuamente e iniciar el camino hacia una convivencia respetuosa.
Por último, quiero hacer hincapié acerca de la importancia de resolver los problemas que aparecen en el núcleo familiar, ya que a menudo muchos de los conflictos entre padres e hijos/as adultos se deben en conductas, actitudes y formas de comunicación, no resueltos en la etapa adolescente.
martes, 28 de abril de 2015
El diálogo entre padres e hijos
El difícil diálogo entre padres e hijos
Ceder en una confrontación verbal con un adolescente no es sinónimo de capitulación
Escuchar es clave para ayudar a crecer y para la salud de las relaciones paternofiliales
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Algunos conflictos y rupturas surgen cuando ambas partes creen que
tienen razón y no sueltan su idea. Esta actitud aporta seguridad, pero
también alimenta el conflicto cuando el otro implicado –por ejemplo,
nuestro hijo– opina algo distinto de nosotros. Debatir provoca en
algunas personas un temor a perder la sensación de seguridad, a
mostrarse vulnerables. Sienten que si ceden les han vencido. Pero si no
hay diálogo, la ruptura en la relación está casi asegurada.
Las personas construimos una identidad a través de la narrativa: por cómo contamos nuestra historia personal y por cómo transmitimos nuestra opinión. Sentir que tenemos razón, con una opinión bien formulada y clara, es una manera de reafirmar esta identidad. Solemos considerar una debilidad el sentirnos inseguros. Pero mostrarnos dispuestos a modificarla y escuchar a los demás son en realidad indicadores de la fuerza de una persona. Es más sabio reconocer que uno no sabe y mantenerse abierto a otras perspectivas. Esto nos enriquece; nos ayuda a comprender y a decidir con más claridad. “Se produce un placer natural cuando hablamos con alguien que no lo sabe todo, que tiene la mente abierta y está dispuesto a escuchar”, ilustra el autor budista Jack Kornfield.
Juan llega a casa después de una larga jornada. Patricia, su hija de 17 años, está sentada en el sofá. Al poco rato se pelean: esta noche ella quiere salir con sus amigos y él no se lo permite. Juan no siente predisposición para el diálogo porque su mente está ocupada con los problemas del trabajo. Sin prestar la debida atención, su respuesta inmediata es “no”. Y, como adulto, puede exponer tantas razones como precise.
Por lo general, la hija utilizará recursos como “soy la única que no puede”, “todos mis amigos van a ir” o “me lo prometiste”. Argumentos que a menudo no serán considerados como tales por los padres, lo que llevará a la hija a rebelarse. Si los adultos reconocen sus puntos fuertes, ella no sentirá que debe definirse tanto por oposición. Aun así, la reacción es inevitable, y al padre le cuesta aceptarla porque siente que se cuestiona su autoridad. Juan debe plantearse en qué se basa esa influencia sobre Patricia. ¿En el miedo, el respeto, el amor o la confianza? “Que mi hijo cuestione mis enseñanzas no tiene por qué afectar a mi influencia”, sostiene Clara, una madre, “pero si me muestro insegura, no me hará caso. Mi autoridad se basa solo en mi experiencia. Pero, precisamente, la inocencia de los hijos puede hacerles más sabios. Hay que ser honestos y, cuando se oponen frontalmente, debemos recordar que les estamos educando. No se trata de nada personal entre ellos y nosotros”.
Cuando dos personas se enfrentan, es imprescindible llegar a un
acuerdo para no perpetuar el conflicto y sanear la relación. Roger
Fisher y William L. Ury, de la Universidad de Harvard, se centraron en
la psicología del diálogo en su libro Obtenga el sí. El arte de negociar
sin ceder. En él señalaron la importancia de determinar qué necesidades
son inamovibles y cuáles flexibles para que pueda terminarse la
discusión con éxito. Negociar es un arte que utilizamos en todos los
ámbitos: el personal, el político y el profesional. Hay quien cree que
en toda discusión una de las partes debe ganar, aplastando al oponente, y
la otra debe ceder. Pero existen alternativas. Estos autores plantean
las siguientes propuestas:
No identifique a las personas con el problema. Céntrese en los intereses, no en las posiciones. Ofrezca opciones que beneficien a ambas partes e insista en utilizar criterios objetivos.
Educar no consiste en introducir información, sino en sacar a la luz
la verdadera personalidad de alguien. Con los hijos a veces no se trata
de dar razones, sino de ayudar a descubrir y predicar con el ejemplo. Se
pueden plantear propuestas que comporten una responsabilidad por parte
de los hijos y que demuestren confianza por parte de los padres. Las
imposiciones tajantes no suelen funcionar. “Un día mi hijo estaba viendo
un programa basura”, cuenta Clara. “Debía de tener 12 años. Le propuse
que cambiara de canal y él defendió su libertad de elegir diciendo que
si tenemos tele es para verla. Le pregunté si le parecería normal que le
prohibiese beber un vaso de cianuro, y contestó que sí. ‘Pues para mí’,
expliqué, ‘esto envenena tanto tu mente como el cianuro tu cuerpo’.
Apago la tele para protegerte de algo, aunque desconoces el daño que te
va a hacer. Y ahí se acabó la historia”.
Ejemplos como el siguiente ilustran que quizá no se trate solo de tener razón. “Mireia, mi hija, es rebelde”, explica Francisco, otro padre. “Si le impongo un límite tengo asegurado un conflicto, o que me mienta. Eso no es lo que quiero”. Expone una posible solución. “Una vez, al llegar a casa por la tarde, la encontré viendo la televisión. Le pregunté qué pasaba con los deberes. Le dije que me gustaría que se supiera administrar. ‘Te pediría que apagaras la tele, pero entonces nos enfadaríamos’. La dejé allí, acepté que ella escogiera y yo renuncié a obligarla. Al cabo de media hora la tele estaba apagada, y ella, en su habitación”.
Al plantear un límite, si uno se mantiene abierto al desacuerdo, y escucha y respeta, puede llegar a un mejor entendimiento. La pregunta para Francisco sería: ¿está dispuesto a recibir un “no”, a que ella no haga los deberes? ¿Está dispuesto a escuchar qué quiere su hija? Cuando ella se niegue, la actitud de su hija no debería impedirle interesarse por sus motivos. Se trata de mantenerse abiertos al diálogo sabiendo que se puede poner un límite a los hijos después de escucharlos. Francisco lo explica así: “Quiero que sean conscientes de que he escuchado lo que quieren, y que aun así mantengo mi postura. Lo hago si creo que es por su bien y está conforme con mis valores”. No perder la conexión a pesar de la negativa de la hija es todo un arte.
En ocasiones, no es tanto el contenido de la discusión, sino la forma, lo que produce el conflicto. Al hablar con irritación y con palabras impositivas uno provoca reacciones defensivas. Los enfados calientan el ambiente y no permiten un diálogo sereno. Discutir desde el “tengo razón” genera una distancia entre las partes, e incluso puede quebrarse su conexión. Por eso es importante no dejar las cosas a medias. Javier, un cuarto caso, cuenta: “Cuando discutíamos en casa, mi padre nunca abandonaba a medias la discusión. Decía: ‘Mañana seguimos’. Las cosas importantes hay que finalizarlas. No puede quedar pendiente un sinsentido o una herida. Su enfoque era hablar de ello al día siguiente, después de dejar que se enfriaran los ánimos”. Esto sirve con los hijos, pero también en las relaciones de trabajo y entre los amigos.
Si perdemos la conexión entre las partes y se quiebra la relación, ¿merece la pena mantenerse en sus trece? Javier intenta proyectar suavemente sus razones sobre sus hijos. “Permito que corran su carrera. Intento dejar que se equivoquen”. Consiste en dar espacio y permiso para que el otro crezca a su ritmo.
En pareja, es importante hacer equipo. Cuando no hay acuerdo respecto al conflicto con un hijo, conviene hablarlo y decidir en qué va a ceder cada cual, o quién va a llevar la voz cantante. Cuando ellos perciben un desacuerdo entre sus padres, se arriman al sol que más calienta. Esto resulta nefasto, porque divide. La clave para establecer acuerdos está en saber qué es importante para cada uno, en respetar y compartir el criterio de la pareja.
Sea cual sea el paso que deba darse, casi siempre corresponderá a los padres plantear cambios en la relación con los hijos. Se trata de que estos dejen de ver a sus progenitores como a los abominables seres del no, y de establecer conjuntamente acuerdos y límites.
Los progenitores deben mirar a su hijo como a alguien que va en su mismo barco, y que se enfrenta a las mismas preguntas que ellos se plantearon a su edad. “Me acerca a ellos el seguir cuestionándome las cosas”, explica Clara. “Cuando exponen sus razones, muchas veces están tratando de definir quiénes son. Ayudarlos a conocerse a sí mismos me facilita la salida del enfrentamiento”.
Más que de tener razón, se trata de apelar a ella. Está en las manos de los padres que la vida con sus hijos consista en una relación de crecimiento, en lugar de convertirse en una contienda de desgaste mutuo.
de
linkis.com/elpais.com
Las personas construimos una identidad a través de la narrativa: por cómo contamos nuestra historia personal y por cómo transmitimos nuestra opinión. Sentir que tenemos razón, con una opinión bien formulada y clara, es una manera de reafirmar esta identidad. Solemos considerar una debilidad el sentirnos inseguros. Pero mostrarnos dispuestos a modificarla y escuchar a los demás son en realidad indicadores de la fuerza de una persona. Es más sabio reconocer que uno no sabe y mantenerse abierto a otras perspectivas. Esto nos enriquece; nos ayuda a comprender y a decidir con más claridad. “Se produce un placer natural cuando hablamos con alguien que no lo sabe todo, que tiene la mente abierta y está dispuesto a escuchar”, ilustra el autor budista Jack Kornfield.
Juan llega a casa después de una larga jornada. Patricia, su hija de 17 años, está sentada en el sofá. Al poco rato se pelean: esta noche ella quiere salir con sus amigos y él no se lo permite. Juan no siente predisposición para el diálogo porque su mente está ocupada con los problemas del trabajo. Sin prestar la debida atención, su respuesta inmediata es “no”. Y, como adulto, puede exponer tantas razones como precise.
Por lo general, la hija utilizará recursos como “soy la única que no puede”, “todos mis amigos van a ir” o “me lo prometiste”. Argumentos que a menudo no serán considerados como tales por los padres, lo que llevará a la hija a rebelarse. Si los adultos reconocen sus puntos fuertes, ella no sentirá que debe definirse tanto por oposición. Aun así, la reacción es inevitable, y al padre le cuesta aceptarla porque siente que se cuestiona su autoridad. Juan debe plantearse en qué se basa esa influencia sobre Patricia. ¿En el miedo, el respeto, el amor o la confianza? “Que mi hijo cuestione mis enseñanzas no tiene por qué afectar a mi influencia”, sostiene Clara, una madre, “pero si me muestro insegura, no me hará caso. Mi autoridad se basa solo en mi experiencia. Pero, precisamente, la inocencia de los hijos puede hacerles más sabios. Hay que ser honestos y, cuando se oponen frontalmente, debemos recordar que les estamos educando. No se trata de nada personal entre ellos y nosotros”.
Virtud negociadora
No identifique a las personas con el problema. Céntrese en los intereses, no en las posiciones. Ofrezca opciones que beneficien a ambas partes e insista en utilizar criterios objetivos.
Ejemplos como el siguiente ilustran que quizá no se trate solo de tener razón. “Mireia, mi hija, es rebelde”, explica Francisco, otro padre. “Si le impongo un límite tengo asegurado un conflicto, o que me mienta. Eso no es lo que quiero”. Expone una posible solución. “Una vez, al llegar a casa por la tarde, la encontré viendo la televisión. Le pregunté qué pasaba con los deberes. Le dije que me gustaría que se supiera administrar. ‘Te pediría que apagaras la tele, pero entonces nos enfadaríamos’. La dejé allí, acepté que ella escogiera y yo renuncié a obligarla. Al cabo de media hora la tele estaba apagada, y ella, en su habitación”.
Al plantear un límite, si uno se mantiene abierto al desacuerdo, y escucha y respeta, puede llegar a un mejor entendimiento. La pregunta para Francisco sería: ¿está dispuesto a recibir un “no”, a que ella no haga los deberes? ¿Está dispuesto a escuchar qué quiere su hija? Cuando ella se niegue, la actitud de su hija no debería impedirle interesarse por sus motivos. Se trata de mantenerse abiertos al diálogo sabiendo que se puede poner un límite a los hijos después de escucharlos. Francisco lo explica así: “Quiero que sean conscientes de que he escuchado lo que quieren, y que aun así mantengo mi postura. Lo hago si creo que es por su bien y está conforme con mis valores”. No perder la conexión a pesar de la negativa de la hija es todo un arte.
En ocasiones, no es tanto el contenido de la discusión, sino la forma, lo que produce el conflicto. Al hablar con irritación y con palabras impositivas uno provoca reacciones defensivas. Los enfados calientan el ambiente y no permiten un diálogo sereno. Discutir desde el “tengo razón” genera una distancia entre las partes, e incluso puede quebrarse su conexión. Por eso es importante no dejar las cosas a medias. Javier, un cuarto caso, cuenta: “Cuando discutíamos en casa, mi padre nunca abandonaba a medias la discusión. Decía: ‘Mañana seguimos’. Las cosas importantes hay que finalizarlas. No puede quedar pendiente un sinsentido o una herida. Su enfoque era hablar de ello al día siguiente, después de dejar que se enfriaran los ánimos”. Esto sirve con los hijos, pero también en las relaciones de trabajo y entre los amigos.
Si perdemos la conexión entre las partes y se quiebra la relación, ¿merece la pena mantenerse en sus trece? Javier intenta proyectar suavemente sus razones sobre sus hijos. “Permito que corran su carrera. Intento dejar que se equivoquen”. Consiste en dar espacio y permiso para que el otro crezca a su ritmo.
En pareja, es importante hacer equipo. Cuando no hay acuerdo respecto al conflicto con un hijo, conviene hablarlo y decidir en qué va a ceder cada cual, o quién va a llevar la voz cantante. Cuando ellos perciben un desacuerdo entre sus padres, se arriman al sol que más calienta. Esto resulta nefasto, porque divide. La clave para establecer acuerdos está en saber qué es importante para cada uno, en respetar y compartir el criterio de la pareja.
Sea cual sea el paso que deba darse, casi siempre corresponderá a los padres plantear cambios en la relación con los hijos. Se trata de que estos dejen de ver a sus progenitores como a los abominables seres del no, y de establecer conjuntamente acuerdos y límites.
Los progenitores deben mirar a su hijo como a alguien que va en su mismo barco, y que se enfrenta a las mismas preguntas que ellos se plantearon a su edad. “Me acerca a ellos el seguir cuestionándome las cosas”, explica Clara. “Cuando exponen sus razones, muchas veces están tratando de definir quiénes son. Ayudarlos a conocerse a sí mismos me facilita la salida del enfrentamiento”.
Más que de tener razón, se trata de apelar a ella. Está en las manos de los padres que la vida con sus hijos consista en una relación de crecimiento, en lugar de convertirse en una contienda de desgaste mutuo.
de
linkis.com/elpais.com
Una niña de 12 años murió de un disparo e investigan a su madre policía
La noticia replica en todos los medios. Esa frase
- Mi mamá mató a mi
hermana
Fueron palabras de
la hermana de la niña a una vecina. La nota siguiente la instala en el título, aunque no aparece en el texto.
Lunes 27 de Abril | 11:48
La versión de la
imputada es que la nena le sacó el arma tras una discusión y se suicidó.
Sucedió el sábado a la noche en un PH de Caballito. La víctima tenía 12
años y fue hallada en su habitación con un disparo en la cabeza. La
sospechosa incurrió en varias contradicciones y por eso el juez ordenó
su aprehensión.
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"Mi mamá mató a mi hermana"
Según Tiempo Argentino, la víctima fue identificada como Rocío Guevara y, según las fuentes, su muerte ocurrió el sábado a la noche, pasadas las 23, en un PH ubicado sobre la avenida Juan Bautista Alberdi al 1400, entre Puán y Miró, junto a un supermercado chino. Allí vive la oficial principal de la Policía Federal, Mirta Martínez de 47 años, quien se encontraba en su departamento junto a Rocío.
"Había una niña fallecida con un tiro en la cabeza dentro del departamento. No pudimos hacer nada"
"Había una niña fallecida con un tiro en la cabeza dentro del departamento. No pudimos hacer nada", explicó Crescenti.
Según los voceros, los policías de la Comisaría 12, que está apenas a dos cuadras del lugar, añadieron que dentro del departamento los policías se encontraron con la principal Martínez que declaró que junto a su hija miraban una serie por televisión cuando mantuvieron una discusión. Según la mujer, luego la niña tomó su pistola reglamentaria, se encerró en su habitación y se disparó.
La versión no cerraba demasiado y los efectivos consideraron que la madre de Rocío, que presta servicio en la División Asuntos Jurídicos de la Federal, incurrió en algunas contradicciones respecto a la mecánica del hecho, por lo que la aprehendieron mientras continúa la investigación para determinar si se trató de un suicidio, como sostiene la sospechosa, o si fue un homicidio.
Los oficiales de Gendarmería Nacional que trabajaron durante la madrugada del domingo en el departamento hicieron los primeros peritajes del área y secuestraron la pistola Browning 9 milímetros de la sospechosa, que será analizada para determinar quién la disparó.
Por otra parte, las fuentes agregaron que el padre la niña fallecida, el subcomisario Alejandro Guevara, de 58 años, no se encontraba en el lugar del presunto crimen porque actualmente está separado de Martínez y vive en la localidad de Villa Celina, La Matanza.
Los voceros explicaron que el subcomisario llegó al departamento algunas horas más tarde, luego de ser alertado por sus pares. Además, enterados de lo ocurrido, varios vecinos del edificio se reunieron frente al departamento mientras que la madre de la niña fue retirada con custodia policial y trasladada a bordo de uno de los patrulleros de la Comisaría 12ª.
En este sentido, los voceros añadieron que al cierre de esta edición la mujer continuaba aprehendida a disposición del juez en lo Criminal de Instrucción 3 porteño, Guillermo Carvajal, quien por el momento caratuló el caso como averiguación de homicidio.
El juez Carvajal, que impuso un estricto secreto de sumario, espera recibir los resultados de las primeras pericias para determinar quién disparó el arma. De hallarse restos del pólvora en las manos de la acusada el hecho estaría prácticamente resuelto. Tras tener esos informes en sus manos ordenará la indagatoria de la imputada. Eso podría ocurrir entre hoy y mañana, agregaron voceros de la investigación.
El dato
Rocío Guevara era alumna del Colegio Marianista, establecimiento privado ubicado en Caballito. Enterados de la novedad, las autoridades de esa escuela y otros estudiantes manifestaron su pesar en las redes sociales.de
http://www.infonews.com/nota/196717/mi-mama-mato-a-mi-hermana
lunes, 27 de abril de 2015
Los hombres tienen deber y derecho de cuidar a sus hijos
Los hombres no sólo tienen la responsabilidad de cuidar, sino que también el derecho a entrar a ese mundo
Los hombres no sólo tienen la responsabilidad de cuidar, sino que también el derecho a entrar a ese mundo
Francisco Aguayo
Psicólogo
Director en EME, Masculinidades y Equidad de Género
Psicólogo
Director en EME, Masculinidades y Equidad de Género
Sabemos que cuando un padre participa con una presencia comprometida y de calidad en el cuidado y crianza de sus hijos e hijas, hace una diferencia en su desarrollo psicosocial, mejorando indicadores académicos, socioafectivos, de autoestima y salud mental.
¿Qué significa una presencia de calidad? Que un papá –que resida o no con sus hijos/as- pase un tiempo diario cuidando, vistiendo, alimentando, estimulando, jugando, apoyando tareas escolares, entre otras. También tiene que ver con el apoyo a las tareas domésticas que son muy importantes para el cuidado del niño/a y el mantenimiento del hogar.
Sin embargo, es muy importante ampliar el repertorio de acciones que los hombres tienen en cuanto al ejercicio de la paternidad, ya que los estudios nos dicen que los padres se concentran mucho en ciertas acciones, como jugar con los hijos/as, y especialmente los fines de semana.
Hay evidencia que sugiere que cuando los hombres están más implicados en tareas de paternidad y domésticas, eso trae además beneficios para la pareja. Cuando las mujeres tienen una pareja hombre comprometido en estas tareas, ellas reportan más bienestar en diversas dimensiones, por ejemplo, en su vida sexual. También reportan sentirse menos estresadas, menos sobrecargadas, tienen más posibilidades de tener participación en grupos y tiempo libre, entre otros indicadores.
Y a su vez, los padres más comprometidos en su paternidad, reportan sentirse más contentos con sus vidas. Datos en países desarrollados muestran que suelen tener mejor salud mental, cuidan más su salud, toman menos alcohol, consumen menos drogas y participan más en actividades comunitarias. En resumen, cuando un padre está comprometido con su paternidad, eso es beneficioso para hijos e hijas, para los propios hombres y también para las mujeres. Todos ganan.
Desafíos para avanzar a una paternidad comprometida
Es muy importante que los hombres nos involucremos lo más tempranamente posible. Es decir, primero en la planificación familiar, prevención del embarazo, uso de método anticonceptivos, entre otros temas de salud sexual y reproductiva y luego en los controles prenatales, parto, controles de salud, cuidado y crianza.
Ha habido una política en Chile de promover la participación de los padres en los partos. En el estudio IMAGES* encontramos que de los hombres más jóvenes, en las tres grandes ciudades de Chile, 9 de cada 10 padres estuvo presente en el parto de su último hijo o hija. Es una cifra altísima y cuando preguntamos a los hombres, reportan que haber estado en ese momento, causó un impacto en sus vidas y en el vínculo con ese hijo o hija. Pero no es suficiente, porque cuando miramos lo que pasa después, todavía la participación de los hombres en el cuidado diario de sus hijos/as es baja. Un embarazo y un niño/a es un proyecto compartido, por lo que involucrarse desde el primer momento hace una diferencia. Mientras más cuidadores estén a su cuidado, mejor para el niño o niña.
Necesitamos mejores condiciones sociales y laborales para que los hombres estén presentes en los controles prenatales y de salud. Sabemos que hay barreras para su participación, como los horarios de atención y los permisos laborales.
Existe en Chile el derecho a un postnatal para los padres de 5 días (a tomar dentro de primer mes), aunque sólo para quienes cuentan con contrato de trabajo. Sin embargo, muchos hombres no toman ese postnatal por temor a perder el trabajo, o de lo que ‘van a decir’ los compañeros o los jefes. Un desafío es que más hombres tomen el postnatal. También creemos importante una ampliación de ese permiso, con un sistema que realmente promueva que los hombres lo tomen, intransferible y pagado por el estado.
Hoy existe cada vez más conversaciones sobre la paternidad, y un ejemplo de eso es que aparece más en los medios de comunicación masivos y la propaganda, aunque todavía es muy sexista. Cuando miramos los datos como la Encuesta de Uso de Tiempo (SERNAM) vemos que aún en nuestra cultura se piensa que las tareas de cuidado son responsabilidad principal de las mujeres, y que el rol del hombre es proveer. Vivimos un orden de género muy complementario, segregado y machista. El desafío es cambiar ese orden, y pensamos que los hombres no sólo tienen la responsabilidad de cuidar, sino que también el derecho a entrar a ese mundo. Cuidar y criar es un proyecto social compartido.
Consejos para ejercer una paternidad más comprometida
Encontrar el propio estilo de ser padre. Hay aspectos de personalidad y nuestra historia que juegan en este proceso. A veces la pareja quiere que cuidemos de un modo que no nos acomoda. La idea es compartir las tareas “50 y 50”, pero entrando en este territorio de un modo masculino. Para eso es bueno entender cómo nos influyó la paternidad de nuestro padre, cómo nos influyeron otras figuras masculinas, cuál es nuestra historia en el tema de los afectos y cuidados. Tener conciencia de eso nos ayuda a encontrar nuestro estilo.
Expresión de los afectos y conexión con las emociones. Hay mucho miedo de los hombres a entrar a ese territorio, que aún aparece como primordialmente femenino. Pasar más tiempo con los hijos/as ya es un desafío importante, pero también ser más expresivos con nuestros hijos/as, conectarnos más con ellos y ellas de manera más emocional e involucrada.
Conciliación trabajo-familia. Existe un drama en nuestra cultura con el tema del tiempo: los tiempos de traslado y de trabajo son muy largos. Entonces, conciliar nuestra paternidad y los tiempos de trabajo es uno de los temas más estructurales para los hombres interesados en ser mejores padres. Necesitamos mayores condiciones sociales para una cultura del cuidado donde los hombres estén incluidos.
Relación con la madre de nuestros hijos/as. Se viva en la misma casa o no, se esté emparejado o separado de la madre del niño/a, la relación con esa madre –sabemos por distintos estudios- incide en la paternidad de los hombres. Entonces, mientras mejor sea la comunicación y coordinación con esa madre, así como los acuerdos en torno a disciplina, tiempos y organización de la crianza, mejor para el niño o niña. Es importante también avanzar hacia un modelo de tuición compartida, ya que hoy en caso de separación se entrega automáticamente para las mujeres. Es también importante que hombres y mujeres visualicen la importancia –para los hijos, para los hombres y ellas mismas- de compartir tanto las alegrías como las responsabilidades del cuidado y de la crianza.
Más información en http://paternidades.blogspot.com
* Estudio IMAGES, realizado por EME/CulturaSalud (Aguayo, F., Cristi, P. y Sadler, M., 2011)
de
http://www.crececontigo.gob.cl/adultos/columnas/los-hombres-no-solo-tienen-la-responsabilidad-de-cuidar-sino-que-tambien-el-derecho-a-entrar-a-ese-mundo/
domingo, 26 de abril de 2015
Las peleas entre padres dañan la habilidad de controlar emociones en sus hijos
Jueves 18 septiembre 2014 | 16:37
· Actualizado: 16:37
Los padres que pelean en el hogar dañan la capacidad de sus hijos para controlar sus emociones
Tjook | Flickr (CC)
Publicado por Christian Leal
El estudio siguió a 1.025 niños de entre 2 y 5 años, residentes en zonas pobres de Carolina del Norte y Pennsylvania, buscando determinar cuáles eran las consecuencias de la adversidad sobre el desarrollo de los pequeños.
Para ello, se midieron distintos parámetros identificados como “adversidad”, entre los que se encontraban desde la cantidad de veces que la familia se había cambiado de hogar o los cambios en la persona a cargo del niño, hasta los niveles de ruido y de limpieza de la vivienda.
También se consideró si los menores habían observado a sus padres agredirse física o verbalmente.
“Nuestro estudio descubrió que la agresión entre los padres puede distorsionar gravemente la regulación emocional de un niño. Si discutir y pelear es estresante para los adultos involucrados, esto también tendrá un fuerte costo sobre los hijos”, expresó la líder del estudio, profesora Cybele Raver.
La investigación demostró que la exposición al conflicto y la violencia en el hogar puede afectar las respuestas neurobiológicas, cognitivas y emocionales de un niño. Por ejemplo, un menor que observa pelear a sus padres luego tendrá más problemas en controlar sus emociones en otros lugares menos riesgosos, como una sala de clases.
De hecho, el equipo de Raver comprobó que cuando un menor se mantiene expuesto de forma prolongada a la agresión entre sus padres, provoca que le sea más difícil lidiar con sus sentimientos de tristeza, soledad o temor, haciendo más probable que sea víctima de ansiedad o depresión en el futuro.
Según describe la publicación científica EurekAlert, el estudio también demostró que cuanto más años pasa un niño en ambientes de pobreza, le resulta más complejo diferenciar sus emociones. El caos hogareño, en especial el desorden, también afecta esta capacidad en los menores.
“Este estudio arroja una luz de advertencia en la importancia del apoyo que los padres brinden a sus hijos a medida que transitan por los altibajos de una relación. Los padres necesitan controlar sus propios sentimientos de ira, frustración y preocupación cuando lidian con los problemas del trabajo, la familia y sus propias parejas, especialmente cuando el dinero es escaso”, advirtió la profesora Raver.
de
http://www.biobiochile.cl/2014/09/18/los-padres-que-pelean-en-el-hogar-danan-la-capacidad-de-sus-hijos-para-controlar-sus-emociones.shtml
Provocó un choque tras pelear con su mujer matando a uno de sus hijos
Se peleó con su ex mujer y causó un choque para matar a sus hijos mellizos de 7 años
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ENTRE RÍOS.- Un hombre se peleó con su ex mujer y, después de
esto, chocó el auto en el que viajaba con sus hijos mellizos de apenas 7
años. Uno de los niños (Agustín) murió, mientras que su hermano (Mateo) se encuentra internado en grave estado. Según informaron fuentes de la investigación, minutos antes del choque, Juan Romero (41), padre de los niños, le envió un mensaje a su ex pareja, madre de los menores, diciéndole: “No vas a ver más a tus hijos”.
La pareja estaba separada y Romero era el encargado de buscar a los chicos a la salida de la escuela y llevárselos a su madre.
Los investigadores creen que se trató de una maniobra deliberada por parte de Romero que, al parecer, tenía el fin de suicidarse y matar a sus hijos. La hipótesis de la pesquisa se sostiene en las características del accidente. Según la Policía, el conductor manejó a elevada velocidad su Chevrolet Corsa por la autovía José Gervasio Artigas, ex ruta 14, se cruzó de carril y circuló en contramano hasta chocar de frente contra un camión Scania que se dirigía a la ciudad entrerriana de Chajarí.
Por causa del choque Romero y sus hijos salieron despedidos del auto y quedaron tirados sobre el asfalto.
Los tres fueron trasladados de urgencia y en estado de extrema gravedad al Hospital Delicia Masvernat, de Concordia, donde Agustín murió debido a los múltiples traumatismos y hemorragias cerebrales que había sufrido.
El trágico accidente ocurrió el lunes por la tarde y ayer el médico José Luis Siggiotti, director del hospital de Concordia, informó que tanto Romero como su otro hijo, Mateo, seguían en terapia intensiva, aunque “han presentado una leve mejoría y están saliendo del estado de coma”. “Tanto el chiquito como su padre tienen una contusión pulmonar y por eso están con respirador”, precisó el médico. Según los partes médicos, Romero tiene una fractura de pelvis, mientras que su hijo tiene quebrados un brazo y una pierna, y sufre de un hematoma en el hígado, por lo que su condición es delicada.
El fiscal que tiene a su cargo de la instrucción de la causa, Darío Mauttone, señaló que el automovilista quedó imputado por el delito “homicidio agravado por el vínculo” ya que, según remarcó, “acá ha habido una intención clara de parte de Romero de quitarles la vida a sus hijos”. (Télam - Especial)
de
http://www.lagaceta.com.ar/nota/634585/policiales/se-peleo-ex-mujer-causo-choque-para-matar-sus-hijos-mellizos-7-anos.html
La pareja estaba separada y Romero era el encargado de buscar a los chicos a la salida de la escuela y llevárselos a su madre.
Los investigadores creen que se trató de una maniobra deliberada por parte de Romero que, al parecer, tenía el fin de suicidarse y matar a sus hijos. La hipótesis de la pesquisa se sostiene en las características del accidente. Según la Policía, el conductor manejó a elevada velocidad su Chevrolet Corsa por la autovía José Gervasio Artigas, ex ruta 14, se cruzó de carril y circuló en contramano hasta chocar de frente contra un camión Scania que se dirigía a la ciudad entrerriana de Chajarí.
Por causa del choque Romero y sus hijos salieron despedidos del auto y quedaron tirados sobre el asfalto.
Los tres fueron trasladados de urgencia y en estado de extrema gravedad al Hospital Delicia Masvernat, de Concordia, donde Agustín murió debido a los múltiples traumatismos y hemorragias cerebrales que había sufrido.
El trágico accidente ocurrió el lunes por la tarde y ayer el médico José Luis Siggiotti, director del hospital de Concordia, informó que tanto Romero como su otro hijo, Mateo, seguían en terapia intensiva, aunque “han presentado una leve mejoría y están saliendo del estado de coma”. “Tanto el chiquito como su padre tienen una contusión pulmonar y por eso están con respirador”, precisó el médico. Según los partes médicos, Romero tiene una fractura de pelvis, mientras que su hijo tiene quebrados un brazo y una pierna, y sufre de un hematoma en el hígado, por lo que su condición es delicada.
El fiscal que tiene a su cargo de la instrucción de la causa, Darío Mauttone, señaló que el automovilista quedó imputado por el delito “homicidio agravado por el vínculo” ya que, según remarcó, “acá ha habido una intención clara de parte de Romero de quitarles la vida a sus hijos”. (Télam - Especial)
de
http://www.lagaceta.com.ar/nota/634585/policiales/se-peleo-ex-mujer-causo-choque-para-matar-sus-hijos-mellizos-7-anos.html
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