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sábado, 20 de septiembre de 2014

Doce cintas argentinas en el Festival de San Sebastián

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pagina12.com.ar


espectaculos
Viernes, 19 de septiembre de 2014
CINE › HOY ARRANCA UNA NUEVA EDICION DEL FESTIVAL DE SAN SEBASTIAN

Euskadi, de celeste y blanco

En un hecho inédito, doce películas argentinas se presentan en el festival del País Vasco, entre ellas Aire libre, de Anahí Berneri, en competencia oficial, donde deberá medirse con films del alemán Christian Petzold y la francesa Mia Hansen-Love.


 Por Horacio Bernades
Desde San Sebastián
Ya se sabe que el de San Sebastián es uno de los festivales más “amigables” para con el cine argentino, dándole generosa cabida todos los años y otorgándole no pocas Conchas en cada palmarés. Pero lo de esta 62ª edición no tiene precedentes. El cine argentino presenta una película en Competencia Oficial (Aire libre, de Anahí Berneri), una en la sección Perlas de Otros Festivales (la inevitable Relatos salvajes, de Damián Szifron) y nada menos que ocho en Horizontes Latinos, dedicada al cine de la región. Lo cual representa la mitad más uno sobre un total de catorce competidoras regionales. A esa decena de películas criollas se le suman otras dos, aún en proceso de conclusión, que en la plataforma Cine en Construcción buscarán fuente de financiación para su finalización (Mi amiga del parque, la nueva de Ana Katz, y Paula, del hasta aquí desconocido Eugenio Canevari). Así como otros dos proyectos en busca de productor, que participarán del III Foro de Coproducción Europa-América Latina (las óperas primas Chau Buenos Aires, de Germán Kral, y Marilyn, de Martín Rodríguez). En otras palabras, desde hoy y hasta el sábado 27 de este mes se oirán muchos “che” y “boludo” en el centro Kursaal e inmediaciones.
La “selección argentina” presenta películas estrenadas allá en casa (además de las mencionadas Aire libre y Relatos salvajes, Historia del miedo, de Benjamín Naishtat, y La tercera orilla, de Celina Murga), así como otras vistas en el Bafici (Ciencias naturales, de Matías Lucchesi, y La Salada, de Juan Martín Hsu) y aquellas que vienen de otros festivales (Jauja, de Lisandro Alonso, y Refugiado, de Diego Lerman, provenientes de Cannes; Dos disparos, de Martín Rejtman, y La princesa de Francia, de Matías Piñeiro, de Locarno). Lo que no hay en San Sebastián, como puede verse, son estrenos argentinos: las diez películas programadas en el cuerpo central del evento fueron vistas previamente en otros festivales. Lo cual pone al Donostia Zinemaldia, al menos en relación con el cine argentino, un pasito atrás de Berlín, Cannes & Cía. Ese pequeño déficit se compensa, en tal caso, con la solidez de la selección, que a diferencia de otras ocasiones tiene el mérito de no presentar películas de dudosa laya.
Contradicción donostiarra, el de esta ciudad es un festival que, teniendo una sección entera dedicada al cine latinoamericano y fomentando las coproducciones entre Europa y América latina mediante diversas iniciativas, suele reservar al cine europeo el grueso de su artillería oficial. Así vuelve a suceder este año, con doce películas de este continente sobre diecisiete a concurso en Competencia Oficial. Las únicas latinoamericanas son Aire libre y La voz en off, del confiable realizador chileno Cristián Jiménez (Ilusiones ópticas, Bonsái). Otra película chilena (la ópera prima La madre del cordero, de Rosario Espinosa y Enrique Farías) y una uruguaya con participación argentina (Una noche sin luna, con protagónico de Daniel Melingo, vista en el último Bafici) lograron colar en la paralela Nuev@s Director@s. Allí también habrá que prestar atención a No todo es vigilia, macedoniano título de la nueva película del catalán Hermes Paralluelo, que en Córdoba dirigió, tres años atrás, el excelente documental Yatasto.
De las no argentinas de Horizontes Latinos se destacan, a priori, Praia do futuro, la nueva del nativo de Fortaleza Karim Aïnouz (Madame Satâ, El cielo de Suely) y Matar a un hombre, del chileno Alejandro Fernández Almendras (autor de las excelentes Huacho y Sentados frente al fuego). Con cuatro películas españolas a concurso, lo más fuerte de la Competencia Oficial lo presenta la delegación francesa, que trae lo nuevo de François Ozon (Une nouvelle amie), Mia Hansen-Love (Eden) y Cédric Kahn (Vie sauvage). Otro nombre destacado de la Competencia Oficial es el del berlinés Christian Petzold (Yella, Barbara), que en Phoenix se reúne por enésima vez con su actriz fetiche, Nina Hoss. Y después están los “clásicos” de todos los años, los representantes de eso que los críticos de Cahiers estigmatizaron, a fines de los ’50, como le cinéma de papa: los veteranos que hacen cine para veteranos. Los Bille August (presenta su nueva-vieja película, Silent Heart), los Susanne Bier (A Second Chance) y algún español que nunca falta. Hablando de españoles, se impone prestar atención, aunque esté fuera de competencia, a Murieron por encima de sus posibilidades, del catalán Isaki Lacuesta (La leyenda del tiempo, Los pasos dobles).
Dos clásicos de San Sebastián son el interés de sus retrospectivas y la falta de interés de los films de apertura y cierre del festival, que suelen funcionar como meros anticipos de estreno. El criterio es siempre el mismo: abre una de Hollywood, cierra una europea “para todo público”. En este caso, el film de acción hollywoodense The Equalizer, protagonizado por Denzel Washington (a quien se le otorgará un Premio Donostia) y la francesa Samba, de los inefables realizadores de Intocable, ésa en que el ricachón interpretado por Daniel Auteuil se amigaba con su cuasi esclavo negro. Convendrá desviar entonces la atención hacia las retros, ambas sumamente oportunas. Una está dedicada a Dorothy Arzner, única cineasta mujer que logró llevar adelante una carrera en el Hollywood de fines del período mudo y comienzos del sonoro, de quien se verán una docena de sus películas (todas ellas poco y nada conocidas). La otra retro es Eastern Promises, panorámica de los países del Este a través de nada menos que medio centenar de películas, muy poco difundidas la mayoría de ellas e incluyendo orígenes tan atípicos como Letonia, Macedonia y Albania. Una Europa bastante menos central que la que domina la Competencia Oficial de esta 62ª edición de San Sebastián.

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