Lucía Lozano publica, en La Gaceta, una nota valiente sobre el tema. Habla sobre la realidad de Tucumán y sus conclusiones valen para extenderlas más allá de este ámbito. Afirma que estos hechos se repiten en casi todos los estratos, preponderantemente en los entornos más cercanos a las víctimas, siendo el silencio el mejor aliado de los agresores, y aunque faltan prevención y más espacios de contención, están aumentando las causas judiciales correspondientes.
Ilustra su nota con la situación de una niña abusada, de sus 8 a 10 años, por su padrastro, nueva pareja de su mamá. Las malas notas en la escuela fueron la puerta por la que su maestra, preocupada, supo que algo andaba mal. La mamá descubrió otra señal, su hija había comenzado a hacerse pis en la cama. Con ayuda de la maestra, denunciaron el abuso. Pero después de pasar por varias declaraciones y pruebas psicológicas –recuérdese que ahora la Corte Suprema fijó un protocolo para evitar estas reiteraciones-, esperan la fecha para un juicio oral, que saben no será fácil. Sus declaraciones ilustran las otras penurias de las víctimas,
- Muchos nos dieron la espalda, nos exigieron que no dijéramos nada. Queremos demostrar que mi hija no fabuló, con la inocencia de una menor no se juega. Todo abusador debe ir preso y pagar por el daño que causó, que es inmenso, afirma la mamá.
Lucía Lozano Redacción LA GACETA llozano@lagaceta.com.ar Twitter: @Lozanolucia
No hay comentarios:
Publicar un comentario