LIBROS “EL MAPA Y EL
TERRITORIO”
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y reseña de la nota publicada en Clarín
Por qué la Fed no logróprever la crisis del 2008, según Alan Greenspan
Por Jorge Castro
ESPECIAL PARA CLARIN
La Reserva Federal subestimó el
rol de los “espíritus animales” que operan sobre los actores del mercado, según
el nuevo libro de un ex presidente.
Alan Greenspan: The Map and the Territory:
Risk, Human Nature, and the Future of Forecasting. (“El mapa y el
territorio: riesgo, naturaleza humana y el futuro de los pronósticos”) The
Penguin Press New York, 2013
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La más grave de las crisis
financieras globales de todos los tiempos, que desató la caída de Lehman
Brothers el 15/09/2008, provocó pérdidas de valor por US$80 billones, US$ 22
billones más que el PBI global de 2012.
La falla de la visión económica
de la Reserva Federal y del propio Alan Greenspan, que reveló la ruptura de
2008, fue que no advirtió que las aberraciones de racionalidad y eficiencia de
los actores del mercado, producto directo de los animal spirits
(Keynes), no eran raras y aleatorias (simples “ruidos económicos”), sino sustanciales
(pautas repetidas y sistemáticas), como la euforia, el miedo y el
comportamiento de manada.
Lo que esto significa es que la
racionalidad de los agentes del mercado no se manifiesta de manera abstracta,
sino a través de la conducta de hombres históricamente situados, en los que el
miedo, la euforia y la conducta de manada son elementos constitutivos de su
razón concreta.
Se trata de hombres cuya
conducta no es una ecuación, sino un fenómeno histórico, social y humano.
Greenspan advierte que no hay
alternativa a la “destrucción creadora” como impulso fundamental de la
innovación capitalista.
Agrega que en ella el papel del
sistema financiero es tan crucial como el del emprendedor, porque lleva el
ahorro de los sectores escasamente productivos a los nuevos segmentos de alta
productividad, y en el camino, al transformar al ahorro en inversión, desata el
proceso de reproducción ampliada.
La importancia creciente del
sistema financiero es un resultado directo de la acentuación de la división del
trabajo, debido a que las empresas buscan prácticamente en su totalidad su
financiamiento fuera de sus propios ahorros.
La competencia en el sistema
capitalista es siempre y por necesidad intensamente turbulenta, guiada por la
euforia y el miedo (aversión al riesgo), en un equilibro inestable en continua
mutación.
La razón, dice Greenspan, es
intensamente determinista. Por eso crea realidades. Lo puramente irracional y
aleatorio no crea nada. Esto indica que el miedo y la euforia, convertidas en
pautas repetidas y sistemáticas, tienen una sustancia racional en la medida en
que crean realidades.
Pero lo más importante del
libro de Greenspan no es su autocrítica sobre lo sucedido en 2008, sino lo que
señala sobre las limitaciones estructurales del crecimiento económico en EE.UU.
Desde 1960, los beneficios
sociales han aumentado 10% anual en forma acumulativa; y a medida que crecía el
gasto social, caía en la misma proporción la tasa de inversión privada en
capital.
La principal razón del
debilitamiento de la productividad en EE.UU. es la disminución de la tasa de
inversión en capital, que era 25% del PBI en 1970 y cayó a 18% en 2009, hasta
ascender ahora a sólo 14%.
A su vez, la principal razón de
su caída es la disminución de la tasa de ahorro interno, que se debilita en forma
inversa al aumento del gasto en seguridad social. El gasto de consumo sustituye
US$1 vs. US$1 el gasto en inversión; y al caer la inversión, disminuye el
producto por hora trabajado (productividad), que desde 2010 ha pasado de crecer
2% por año a 1%.
Entre 1965 y 2012, la tasa de
ahorro interno cayó de 22% del producto a 12,9%. No hay antecedente de una
disminución semejante en toda la historia de EE.UU. En este mismo período, la
tasa de inversión doméstica en capital se derrumbó de 21,4% a 16,2%; y la tasa
de incremento de la productividad disminuyó de 2,2% anual (promedio que mantuvo
entre 1870 y 1970) a 2% por año (entre 1965 y 2012). Hay que agregar que la
productividad creció en la posguerra (entre 1948 y 1965) 3,1% anual.
El sector social más perjudicado
por la caída de la productividad ha sido el de los trabajadores industriales,
en los que el quintil de abajo ha experimentado una pérdida en sus ingresos
reales de más del 15%, no las empresas, cuyos márgenes de ganancias se han
acrecentado por el cambio tecnológico y la reestructuración constante.
La economía norteamericana está
dividida hoy en dos sectores: uno, en el que está representado 90% de la
actividad, es el que produce bienes y servicios con una duración inferior a 20
años, y que opera al nivel de su tasa de crecimiento potencial (3% anual).
El otro 10%, del que surge
prácticamente la totalidad de la inversión en capital fijo o hundido, con
plazos de más de 20 años, aumenta sólo a la mitad del potencial.
Esto implica que la inversión
en capital en EE.UU. está hoy en 40%/50% de sus posibilidades; y esto cuando la
nueva revolución tecnológica ( cloud computing ) abre más oportunidades
de inversión que en cualquier otro momento desde 2007, previo a la crisis.
La productividad norteamericana
es prácticamente en su totalidad la de todos los factores (PTF); y podría
virtualmente duplicarse si el capital hundido o fijo adquiriera una dimensión
similar a ellos.
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