Translate

sábado, 15 de febrero de 2014

“EL MAPA Y EL TERRITORIO” de Alan Greenspan: Por qué la Fed no logró prever la crisis del 2008






LIBROS “EL MAPA Y EL TERRITORIO”


Enlace y reseña de la nota publicada en Clarín


Por qué la Fed no logróprever la crisis del 2008, según Alan Greenspan


Por Jorge Castro
ESPECIAL PARA CLARIN

La Reserva Federal subestimó el rol de los “espíritus animales” que operan sobre los actores del mercado, según el nuevo libro de un ex presidente.
Alan Greenspan: The Map and the Territory: Risk, Human Nature, and the Future of Forecasting. (“El mapa y el territorio: riesgo, naturaleza humana y el futuro de los pronósticos”) The Penguin Press New York, 2013
Etiquetas
La más grave de las crisis financieras globales de todos los tiempos, que desató la caída de Lehman Brothers el 15/09/2008, provocó pérdidas de valor por US$80 billones, US$ 22 billones más que el PBI global de 2012.
La falla de la visión económica de la Reserva Federal y del propio Alan Greenspan, que reveló la ruptura de 2008, fue que no advirtió que las aberraciones de racionalidad y eficiencia de los actores del mercado, producto directo de los animal spirits (Keynes), no eran raras y aleatorias (simples “ruidos económicos”), sino sustanciales (pautas repetidas y sistemáticas), como la euforia, el miedo y el comportamiento de manada.
Lo que esto significa es que la racionalidad de los agentes del mercado no se manifiesta de manera abstracta, sino a través de la conducta de hombres históricamente situados, en los que el miedo, la euforia y la conducta de manada son elementos constitutivos de su razón concreta.
Se trata de hombres cuya conducta no es una ecuación, sino un fenómeno histórico, social y humano.
Greenspan advierte que no hay alternativa a la “destrucción creadora” como impulso fundamental de la innovación capitalista.
Agrega que en ella el papel del sistema financiero es tan crucial como el del emprendedor, porque lleva el ahorro de los sectores escasamente productivos a los nuevos segmentos de alta productividad, y en el camino, al transformar al ahorro en inversión, desata el proceso de reproducción ampliada.
La importancia creciente del sistema financiero es un resultado directo de la acentuación de la división del trabajo, debido a que las empresas buscan prácticamente en su totalidad su financiamiento fuera de sus propios ahorros.
La competencia en el sistema capitalista es siempre y por necesidad intensamente turbulenta, guiada por la euforia y el miedo (aversión al riesgo), en un equilibro inestable en continua mutación.
La razón, dice Greenspan, es intensamente determinista. Por eso crea realidades. Lo puramente irracional y aleatorio no crea nada. Esto indica que el miedo y la euforia, convertidas en pautas repetidas y sistemáticas, tienen una sustancia racional en la medida en que crean realidades.
Pero lo más importante del libro de Greenspan no es su autocrítica sobre lo sucedido en 2008, sino lo que señala sobre las limitaciones estructurales del crecimiento económico en EE.UU.
Desde 1960, los beneficios sociales han aumentado 10% anual en forma acumulativa; y a medida que crecía el gasto social, caía en la misma proporción la tasa de inversión privada en capital.
La principal razón del debilitamiento de la productividad en EE.UU. es la disminución de la tasa de inversión en capital, que era 25% del PBI en 1970 y cayó a 18% en 2009, hasta ascender ahora a sólo 14%.
A su vez, la principal razón de su caída es la disminución de la tasa de ahorro interno, que se debilita en forma inversa al aumento del gasto en seguridad social. El gasto de consumo sustituye US$1 vs. US$1 el gasto en inversión; y al caer la inversión, disminuye el producto por hora trabajado (productividad), que desde 2010 ha pasado de crecer 2% por año a 1%.
Entre 1965 y 2012, la tasa de ahorro interno cayó de 22% del producto a 12,9%. No hay antecedente de una disminución semejante en toda la historia de EE.UU. En este mismo período, la tasa de inversión doméstica en capital se derrumbó de 21,4% a 16,2%; y la tasa de incremento de la productividad disminuyó de 2,2% anual (promedio que mantuvo entre 1870 y 1970) a 2% por año (entre 1965 y 2012). Hay que agregar que la productividad creció en la posguerra (entre 1948 y 1965) 3,1% anual.
El sector social más perjudicado por la caída de la productividad ha sido el de los trabajadores industriales, en los que el quintil de abajo ha experimentado una pérdida en sus ingresos reales de más del 15%, no las empresas, cuyos márgenes de ganancias se han acrecentado por el cambio tecnológico y la reestructuración constante.
La economía norteamericana está dividida hoy en dos sectores: uno, en el que está representado 90% de la actividad, es el que produce bienes y servicios con una duración inferior a 20 años, y que opera al nivel de su tasa de crecimiento potencial (3% anual).
El otro 10%, del que surge prácticamente la totalidad de la inversión en capital fijo o hundido, con plazos de más de 20 años, aumenta sólo a la mitad del potencial.
Esto implica que la inversión en capital en EE.UU. está hoy en 40%/50% de sus posibilidades; y esto cuando la nueva revolución tecnológica ( cloud computing ) abre más oportunidades de inversión que en cualquier otro momento desde 2007, previo a la crisis.
La productividad norteamericana es prácticamente en su totalidad la de todos los factores (PTF); y podría virtualmente duplicarse si el capital hundido o fijo adquiriera una dimensión similar a ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario